La guía "Ya no quiero cocinar más" para cocinar
Asesoramiento
¿Te cansaste de cocinar y eso interfiere con tus objetivos nutricionales? Estos consejos pueden levantar el ánimo incluso del chef casero más cansado.
- A veces, tu rutina diaria puede hacer que el proceso de preparación de una comida se sienta como un obstáculo.
- Replantear tu mentalidad puede ayudar a que la cocina pase de ser una molestia diaria a una forma de cuidado personal que aumente tu confianza.
- Hacer cosas nuevas, como planear noches temáticas (hola, martes de tapas), puede reavivar el entusiasmo por la cocina y ayudarte a avanzar.
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Tienes un refrigerador lleno de frutas, verduras y proteínas magras; una despensa repleta de granos, legumbres y especias, y las mejores intenciones para crear una obra maestra culinaria. ¿El único obstáculo que se interpone entre tú y una cena digna de IG? Tu estado de agotamiento a las 5 p. m. es tal que la única motivación que tienes es para hacer un sándwich de mantequilla de maní y mermelada.
Todos tenemos límites en nuestros recursos de energía, atención y autocontrol, dice la Dra. Meghan Butryn, profesora de Psicología en Drexel University en Filadelfia. “Especialmente al final del día, cuando llega la hora de preparar la cena, podemos sentirnos agotados, como si hubiéramos llegado a nuestro límite”. Pero la energía que gastas en todo lo que haces a lo largo del día no debería interferir con tus progresos de nutrición.
Por muy tentador que sea comprar comida para llevar, preparar tus propias comidas te da un control que no tienes cuando estás comiendo la creación de otra persona. Tomemos un salmón con brócoli como ejemplo. Si lo pides en un restaurante, lo más probable es que no solo venga en porciones demasiado grandes, sino que también tenga más sal, azúcar o grasa que si lo hubieras preparado en casa, según sugieren las investigaciones. Incluso un simple sándwich de mantequilla de maní y mermelada de un restaurante puede ser menos saludable que tu versión casera.
Por eso, no es sorprendente que las investigaciones demuestren que las personas que comen principalmente comidas caseras son más saludables. En un estudio publicado en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, las personas que comían comida preparada en casa más de cinco veces a la semana consumían más frutas y verduras que las que comían en casa menos de tres veces a la semana. Las primeras también tenían más probabilidades de tener un índice de masa corporal y un porcentaje de grasa corporal normales.
El esfuerzo físico también tiene beneficios mentales: cocinar puede hacer que te sientas fuerte y con seguridad, dice Marisa Moore, dietista nutricionista registrada de Atlanta. “Nos da el poder necesario para nutrir nuestros cuerpos sin importar dónde estemos”. Y, si bien las aplicaciones de entrega de comida a domicilio pueden parecer la opción más cómoda, "tu cocina está justo ahí", agrega.
Si optimizas tus hábitos culinarios, cocinar puede convertirse en la opción más fácil, rápida y, no lo dudes, la más divertida. Pedimos a profesionales en bienestar que nos compartan sus mejores ideas para lograr preparar comida casera acompañada de diversión día tras día.
1. Replantea la experiencia.
En lugar de pensar en cocinar como un trabajo, míralo como una forma de cuidado personal. “Poder cocinar para mí es un lujo”, dice la entrenadora Kirsty Godso, quien tiene el hábito de cocinar regularmente en casa. Godso usa ese tiempo como una oportunidad para desarrollar un nuevo conjunto de habilidades y, al mismo tiempo, relajarse, guardar su teléfono y su computadora portátil y poner algo de música. “Centrarme en lo que estoy creando me ayuda a relajarme y desconectarme de mi día”, dice.
2. Encuentra un desafío.
A veces, hacer que las cosas sean más desafiantes puede reavivar tu entusiasmo. ¿Por qué? La novedad de aprender una nueva receta puede hacer que cocinar sea emocionante nuevamente y ayudarte a deshacerte del aburrimiento de la cocina, explica Butryn. Godso sugiere pensar en qué plato te encanta de tu restaurante favorito y tratar de recrearlo en casa.
3. Haz noches temáticas.
Incluso aunque tengamos Pinterest repleto de nuevas recetas, la mayoría de las personas tiende a recaer en los mismos platos, comidas y técnicas una y otra vez. Las noches temáticas te obligan a salir de esa zona de confort, dice Moore. Puedes empezar con un evento recurrente (ya sabes, como tacos los martes, pizza los viernes o algo de tu autoría), e intentar crear un nuevo plato en torno a ese tema cada semana. O puedes instaurar una noche temática ocasional y elegir una receta para un plato (e incluso para un trago también) que nunca hayas cocinado antes, de un determinado país o región y acompañarlo de música de ese lugar. Elijas lo que elijas, hazlo con todo.
4. Consigue un nuevo libro de cocina.
Recorrer la web en busca de recetas no tiene nada de malo, pero los libros de cocina ofrecen una experiencia mejorada y la oportunidad de explorar sin caer en el abismo de internet, dice Moore. Además, generalmente proporcionan instrucciones y guías para cocineros principiantes, y puede ser que si te llevan de la mano te aventures a probar algo totalmente fuera de lo usual. Compra un libro de cocina que tenga platos que te encantaría aprender, pero que aún no has intentado hacer, intercambia libros con alguien si ya tienes muchos, o pídelo prestado de la biblioteca.
5. Entrénate para esperar con ansias el momento.
"Si unes la cocina con otro estímulo gratificante o actividad divertida, aumentarás el entusiasmo por cocinar en el futuro porque tu cerebro comenzará a asociar el cocinar con un estado positivo", explica Butryn. Obviamente, no puedes saltear verduras mientras practicas chaturanga, pero puedes hacer actividades pasivas, como escuchar un podcast, cantar al ritmo de la música, llamar a tu mejor amigo o cualquier cosa que dibuje una sonrisa en tu rostro y no provoque que te quemes o te cortes un dedo.
6. Crea un plan.
A veces, la parte más difícil de cocinar es decidir qué hacer. Por eso, para no quedarte mirando el refrigerador cada tarde a las 5 p. m. (me ha pasado), aligera tu carga mental decidiendo qué vas a preparar antes de ese momento, recomienda Butryn. Para algunas personas, esto significa planificar la cena de toda la semana de una vez. Para otros, será un par de platos por vez, o incluso solo dedicar unos minutos a pensar en la cena en algún momento más temprano en el día.
"Con solo tomar esa decisión por adelantado, podrás aumentar tus probabilidades de éxito", dice Butryn. Cuando la sensación predominante es de hambre y cansancio, se hace difícil tomar una decisión lógica con una meta clara: elige qué vas a comer antes de que te sobrepase la situación de tomar una decisión (lo que los expertos llaman "fatiga ante la decisión").
7. Divide el trabajo.
Butryn sugiere lavar las verduras por la mañana, tomarte 10 minutos para picarlas a mitad del día o poner algunos ingredientes en una olla eléctrica de cocción lenta después del desayuno. Eso hará que cocinar la cena por la noche sea más fácil y rápido, lo que puede ayudarte a disfrutar más del proceso. (Consejo útil: dado que picar verduras puede llevar bastante tiempo, corta un poco más y guárdalas en el refrigerador para la próxima vez, dice Moore).
8. Cocina una vez, come dos veces (¡o más!).
Descansar de cocinar un par de noches a la semana puede ayudarte a recuperar energía. La cocina por tandas, ya sea duplicando la receta de sopa o cocinando algunas rodajas de camote extra, te da un respiro y te permitirá seguir disfrutando de la comida casera toda la semana, dice Moore. Los platos que puedes congelar, como las salsas para pasta y el chile, son perfectos para preparar de más. Guárdalos y será como tener una comida congelada al alcance de la mano.
9. Toma atajos.
Cuando cocinar se vuelve una rutina monótona, Moore se recuerda que no tiene que hacerlo todo desde cero. Compra los vegetales cortados o congelados, una salsa o aderezo de alta calidad, cualquier cosa que reduzca algunos pasos de tu trabajo de preparación. No es hacer trampa, es simplificar. Y a veces, eso es suficiente para llevarte de regreso a un estado de ánimo alegre y de disfrute a la hora de cocinar.
Tu progreso nutricional tendrá sus altibajos, pero mantener la motivación puede acercarte un paso más a tus objetivos.
Texto: Marnie Schwartz
Ilustraciones: Gracia Lam
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