Mejora tu actitud mental y olvida las dudas

No te limites a escuchar las voces de tu cabeza; habla con ellas y hazlo de manera estratégica. Los expertos llaman a esta práctica "diálogo interno". Es algo que los atletas utilizan casi de forma universal en los momentos más difíciles, y puede ayudarte a mantener la concentración y confiar en rendir bien, especialmente cuando te hablas como si fueras tu mejor amigo o amiga. El diálogo interno puede ser de apoyo ("¡Tú puedes!") o instructivo ("Respira profundamente"), pero nunca crítico, no debes flagelarte cuando se te escape una oportunidad o no consigas el ascenso que esperabas.

También es esencial que uses la tercera o la segunda persona, en lugar de utilizar el pronombre "yo". Esto te ayudará a distanciarte emocionalmente y a ser más amable contigo, igual que lo serías con alguien que te importa.

La noche anterior a una competencia, muchos atletas de élite piensan en cada paso del evento, desde levantarse de la cama hasta aceptar la medalla de oro en la ceremonia de premios. Visualizar, o imaginar vívidamente una acción o un resultado positivo con gran detalle, prepara la mente para la experiencia real. De esta forma, mejorarás los reflejos, la confianza y la resistencia a la hora de la verdad.

No imagines que todo sale a la perfección; imagina todos los escenarios que te preocupan. Así, si surge un obstáculo, te estresarás menos porque ya tendrás un plan para superarlo. Puedes aplicar esta práctica en los momentos más importantes de tu vida (asistir a una entrevista para tu trabajo de ensueño o hacer tu primer triatlón, aunque no nades como Michael Phelps) o en tareas cotidianas, como hacer ejercicio.

Quizás no lo sepas, pero tienes una fuente inagotable de motivación a la que puedes recurrir en cualquier momento. Identificar el porqué detrás de tus proyectos servirá como un propósito fundamental que enciende el fuego dentro de ti cada vez que te enfrentas a un desafío. Para los atletas de elite, la motivación es personal y, a menudo, emocional. LeBron y Serena, por ejemplo, comentaron que su propósito es inspirar a los niños que se ven como ellos y vienen de donde ellos mismos vienen, para que alcancen la grandeza. Puedes comenzar a pensar en el propósito en cualquier momento identificando qué te completa o qué te haría sentir orgulloso.

Si todavía no estás seguro, toma la inspiración de las estrellas de la NBA y del tenis, quienes se inspiran en la próxima generación, y centra tu propósito en alguien que te importe. Concentrarte en las necesidades de otros puede hacerte sentir motivado y responsable, e incluso puede inspirarte a trabajar un poco más duro de lo que normalmente lo harías y darte un empujón adicional hacia el progreso.

La perseverancia es una combinación de pasión y persistencia que ayuda a alguien a alcanzar sus objetivos a largo plazo. Esta fortaleza es lo que todos los entrenadores buscan en los atletas. La manera más fácil de acceder a la perseverancia es observar cómo has seguido adelante. ¿Terminas las tareas que comienzas? ¿Recuerdas cuál era la tarea en primer lugar? Si no estás seguro sobre cómo responder estas preguntas, fija un pequeño objetivo que solo te lleve algunos días para completarlo (por ejemplo, come una comida sin carne tres días a la semana en lugar de convertirte en vegano por completo).

Si lo logras, inténtalo una y otra vez, quizás agregando otro día de la semana, y después otro, hasta que las semanas se convierten en meses y luego incluso en años. Lograr pequeños objetivos a menudo puede mejorar tu perseverancia, lo que hace que alcanzar objetivos más grandes sea una realidad.

Los atletas de elite a menudo dependen de rutinas diarias prácticamente de forma obsesiva para mantener sus actividades encaminadas y sus objetivos a la vista. En la vida diaria, crear un "proceso" eficaz puede ser tan simple como mantener un plan de manera rigurosa. Mira tu rutina y pregúntate: ¿tiene tareas consistentes que ocurren con una cadencia regular, de forma que puedas encontrar la recompensa en ellas? ¿Incluye tareas repetitivas que son exactamente iguales, para que puedas aprender automáticamente de ellas? ¿Incluye un plan de acción que consiste en tareas a corto plazo que te llevan hacia objetivos de más largo plazo? ¿Hace hincapié en el enfoque, con la motivación siempre presente en tu mente? Y, finalmente, ¿lo estás implementando con tolerancia, sin castigarte nunca por fracasar?

Esta última pregunta puede ayudarte a controlar las inseguridades para seguir avanzando hacia tu objetivo a largo plazo.

En el sentido más simple, "hacerse cargo" significa tomar responsabilidad plena de tu propio progreso, sin excusas ni culpas. Es una de las lecciones más importantes que transforma grandes talentos en grandes atletas, porque han reconocido que su desempeño está bajo su control. Como en todo proceso, se puede desglosar fácilmente para asegurarte de tener lo que se necesita: ¿estás cultivando la responsabilidad haciéndote cargo de la situación cuando es necesario? ¿Lo estás llevando adelante con responsabilidad, es decir, con la voluntad de aceptar todas las consecuencias, sean buenas o malas? ¿Estás aportando confiabilidad, te haces cargo de forma constante? ¿Y estás practicando el compromiso al hacer más de lo que simplemente se espera de ti?

Tener un verdadero sentido del "hacerse cargo" significa que ser un líder genuino. Los demás podrán confiar en ti y brindarás resultados que van más allá de lo que se espera de ti. Dominar la capacidad de hacerte cargo no solo te beneficiará a ti, sino también a los miembros de tu equipo, familia y amigos, quienes sabrán que pueden contar contigo en todo momento.


Si alguna vez dudas del proceso, solo recuerda que incluso Serena y LeBron no lograron la grandeza de la noche a la mañana. Sigue esforzándote y el progreso llegará.