Tu suelo pélvico sigue ahí, te decimos cómo encontrarlo
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¿Los músculos de ahí abajo te abandonaron tras dar a luz? Esta guía puede ayudarte a reconectar para recuperarte y volver a entrenar con mayor comodidad.
- Tu suelo pélvico se estira y se hincha significativamente durante el parto, lo cual puede hacer que los músculos parezcan desaparecidos en combate las semanas posteriores.
- Los fisioterapeutas de la salud pélvica recomiendan intentar diferentes visualizaciones y técnicas para ayudarte a sentir tus músculos de nuevo.
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*Este contenido está diseñado para informar e inspirar, no para diagnosticar, tratar o dar consejos médicos específicos. Consulta siempre a tu proveedor de servicios de salud para saber como mantenerte segura y saludable antes, durante y después del embarazo.
Por más aliviada que te sientas de tener a tu bebé en tus brazos en lugar de en tu útero, esas primeras semanas (bueno, meses) en casa no son precisamente agradables. Aparte de todas las nuevas responsabilidades y ~sentimientos~, tu cuerpo sigue cambiando todo el tiempo y es posible que no te reconozcas. Pero pon atención: incluso si deseas comenzar con un trabajo de recuperación del suelo pélvico (¡bien por ti!), te sorprenderá descubrir que cuando intentas activar esos músculos, sientes... nada.
No te asustes. Tu suelo pélvico, un grupo de músculos similar a un trampolín que está entre el coxis y el hueso púbico, tuvo que estirarse como loco para empujar a ese bebé. (Si tuviste una cesárea, es probable que tu suelo pélvico todavía esté agotado por tener que soportar el peso adicional del bebé y la placenta). Y es muy típico, incluso para las mujeres que fortalecieron y estiraron religiosamente el suelo pélvico durante el embarazo, que se sienta un poco extraño allí abajo o directamente no sentir nada cuando intentan acceder al área luego del parto, dice la Dra. Laurel Proulx, fisioterapeuta de salud pélvica en Colorado Springs y fundadora de FEM Physical Therapy.
Ayudar a que el suelo pélvico se recupere con un poco de entrenamiento suave y estiramientos en las primeras semanas posteriores al parto es una excelente manera de prepararse para el ejercicio en el futuro: "Deberías sentirte más fuerte, más contenida", dice Proulx. Y podría ayudar a prevenir esas fugas accidentales de orina que pueden ocurrir cuando haces ejercicio después del parto. Pero es bastante difícil comenzar si no localizas tu suelo pélvico primero.
“No recuperamos la sensación ni la coordinación exactas inmediatamente después de un esguince de tobillo o una lesión del LCA, y lo mismo ocurre con los músculos del suelo pélvico después del parto”, explica Proulx. Con el tiempo, naturalmente, deberías sentir más control sobre tu suelo pélvico a medida que los músculos sanan, pero siempre es una sabia decisión hacerte un control con un fisioterapeuta de salud pélvica entre cuatro y seis semanas después del parto. Mientras tanto, prueba estos métodos para volver a conectarte en casa.
1. Sincroniza tu respiración.
Encuentra un lugar tranquilo para acostarte y conectar con tu respiración. En cada inhalación, trata de permitir que tu suelo pélvico se relaje y se abra a medida que tu barriga se expande. En cada exhalación, haz una contracción suave similar a la de Kegel (aprieta los músculos de orinar y defecar) con una cuarta parte de tu esfuerzo normal (o, si nunca has hecho ejercicios de Kegel, simplemente reduce al mínimo la intensidad). Mantén el perfil bajo: "No estás tratando de fortalecer tu suelo pélvico en este momento, sino de reconectarte con él a través de tu respiración”, lo que te ayuda a sanar y restaurar la conexión mente-cuerpo, dice Proulx. Incluso si no sientes nada al principio, simplemente dirigir la respiración hacia la pelvis durante un par de minutos cada día puede ayudar con el tiempo (y tomarse un momento consciente nunca está de más).
2. Haz "levantamientos" de toalla.
Imaginar que tu suelo pélvico se mueve físicamente puede ayudar a despertar las sensaciones de contracción y relajación que deseas sentir. Ann Nwabuebo, fisioterapeuta de la salud pélvica en Filadelfia y fundadora de Body Connect Physical Therapy, sugiere enrollar una toalla de manos y sentarse en ella de manera que este directamente debajo de tus glúteos y tu vagina. (No es necesario que estés desnuda a menos que quieras estarlo). Luego, usa los músculos entre tu coxis y el hueso del pubis para apretar firmemente y "levantar" la toalla hacia tu cuerpo. Mantén la posición durante tres segundos y luego relájate por completo durante tres segundos. Realiza de 8 a 12 repeticiones (hasta tres veces al día si tienes tiempo). Una vez más, es posible que no sientas ningún movimiento, pero imagina que está sucediendo.
3. Usa tus manos.
Una vez que tu ginecólogo obstetra o partera te autorice a hacer ejercicio, tener relaciones sexuales y, tal vez, ver a un fisioapeuta de la salud pélvica (por lo general, alrededor de seis semanas después del parto, quizás cuatro para el fisioterapeuta), puedes usar lo que los expertos llaman retroalimentación manual para encontrar tu suelo pélvico. Mientras estás acostada en la cama o sentada en el inodoro, intenta colocar tu dedo o pulgar ligeramente dentro de tu vagina, dice Nwabuebo. Contrae suavemente el suelo pélvico y observa si puedes sentir cómo aprietas suavemente tu dedo, casi como si lo estuvieras jalando hacia tu cuerpo. (No hagas esto para las repeticiones, dice Proulx: es una forma útil de probar la conexión, pero dependiendo de tu situación individual, apretar demasiado podría empeorar cualquier problema del suelo pélvico).
4. Mantén el flujo de sangre.
A medida que tu suelo pélvico se recupera del parto, la reducción de la inflamación y la hinchazón puede hacer que sea más fácil volver a conectarte con los músculos, dice Proulx. Ella sugiere acostarse boca arriba con unos cojines o almohadas debajo de las caderas una o dos veces al día durante unos minutos (no necesitas hacer nada mientras te sientas cómoda, pero detente si no te sientes bien). La posición coloca las caderas por encima del corazón, lo que debería ayudar a que el líquido salga y la sangre nueva entre en el área del suelo pélvico con mayor facilidad. También puedes aplicar una bolsa de hielo en la región del perineo, en cualquier lugar desde el hueso púbico hasta el coxis donde tengas dolor o hinchazón, durante 10 a 20 minutos por vez, una vez al día, aunque con más frecuencia también está bien si se siente agradable.
¿Aun así te cuesta conectarte? Trata de mantener la calma. Hacer demasiadas cosas demasiado pronto podría retrasar tu progreso o empeorar cualquier problema del suelo pélvico que puedas tener. “Tus músculos acaban de pasar por un gran estiramiento, así que sé amable contigo misma y no intentes compensarlo con un mayor esfuerzo”, como las contracciones de Kegel de máxima intensidad, dice Proulx. Sigue practicando los métodos de conexión anteriores, especialmente el de respiración. También puedes consultar con tu ginecólogo obstetra o partera si tienes alguna inquietud o, mejor aún, visitar a un fisioterapeuta de salud pélvica para que te haga una evaluación de la función muscular.
Puede llevar más tiempo del que le gustaría, pero con un poco de paciencia y apoyo comenzarás a sentirte tú misma de nuevo, allí abajo y en todas partes.
Texto: Ashley Abramson
Fotografía: Vivian Kim
Mira el truco de la toalla de Nwabuebo para encontrar tu suelo pélvico nuevamente. Está ahí, ¡de verdad!
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