En buena compañía: Eyekonz
Comunidad
Un equipo de chicas jóvenes de Philadelphia reclama su espacio en el deporte de lacrosse.
En buena compañía es una serie acerca de equipos y clubes que desafían el statu quo en sus deportes.
"Soy una fuerza de la naturaleza".
"Soy una máquina".
Treinta chicas se colocan en fila frente a un espejo de cuerpo entero en un campo de Mander Playground en Philadelphia del Norte. Una a una se turnan para dar un paso hacia el espejo mientras la entrenadora, Jazmine A. Smith (la entrenadora Jaz), las alienta a "mirarse a los ojos" y expresar afirmaciones positivas. El entrenamiento no puede empezar hasta que no lo hagan.
La entrenadora Jazmine Smith y Erin Mobley
Es una técnica de creación de confianza que se realiza en Eyekonz Sports, la liga de lacrosse y hockey de campo que creó la entrenadora Jaz para las chicas de Philadelphia y zonas cercanas, para que más mujeres de color puedan jugar un deporte que es principalmente de blancos.
Esta tarde de un día de entre semana, un frío repentino indica el comienzo del otoño que, en circunstancias normales, coincide con el inicio de un nuevo año escolar. Pero, en tiempos de Covid, las únicas interacciones de vida real que tienen muchas chicas son estos entrenamientos. Las jugadoras, que van de los 5 a los 18 años de edad, comienzan a correr alrededor del campo, las mayores lideran el camino y las más jóvenes quedan rezagadas atrás, hasta que reciben la indicación de dividirse en dos grupos por edades. El sonido fuerte de charlas entre amigas comienza a elevarse hasta que se interrumpe de manera abrupta cuando la entrenadora Jaz las llama al orden: "¿Las habilidades para escuchar qué son?, pregunta. "La diferencia entre la vida y la muerte", responden al unísono.
La entrenadora Jaz y el equipo
Smith, de 43 años de edad, una exjugadora de hockey de campo y lacrosse que creció en la ciudad, fue casi siempre la única niña negra de su equipo. Años después, mientras entrenaba el equipo de un club local, notó que la diversidad en el campo no había mejorado para nada. "Me di cuenta de que nada había cambiado", dice. "Esto es ridículo". En 2019, las atletas femeninas de color representaban solo el 16 por ciento de toda la primera división de las jugadoras de lacrosse; dos por ciento eran negras.
Las chicas mayores comienzan a hacer ejercicios de acunar, o sea, correr con la pelota en el bolsillo del palo. Algunas de las reclutas más novatas dejan caer sus bolas al suelo. Nyobi Murphy, de 15 años, hace sprints hacia adelante y atrás sosteniendo el palo con confianza. Cerca, la portera Ayanna Reese, de 18 años, prepara lo necesario para el siguiente ejercicio del equipo. Más tarde, cuando las chicas se colocan en parejas para practicar el levantar la pelota del suelo, Erin Mobley, de 15, corre para ubicarse junto a una jugadora más joven, y la alienta mientras lucha para maniobrar con el palo. Nyobi, Ayanna y Erin son los pilares del equipo. Estas tres jóvenes mujeres personifican todos los ideales que Eyekonz fomenta: dedicación al juego, al equipo, a la comunidad y a ellas mismas.
Hablamos de hermandad, afirmaciones positivas y superar el prejuicio.
Conoce al equipo
Llamas "hermanas" a tus compañeras de equipo. ¿Se siente como si formaras parte de una familia?
Nyobi: Todas somos iguales: todas somos chicas afroamericanas que amamos este deporte y queremos jugarlo y lograr el dominio. La entrenadora Jaz siempre solía decir que cuando estamos jugando en el campo, nos paramos sobre los hombros de nuestros ancestros. Llamarnos hermanas nos hace sentir que venimos todas de los mismos ancestros y que tenemos que trabajar juntas como una familia.
"No solo están allanando el camino para ellas mismas, sino que están enseñándoles a las personas que no se ven como ellas que pertenecemos a este lugar".
De izquierda a derecha: Nyobi y Nyla Numan.
De izquierda a derecha: Nyla y Nyobi.
De izquierda a derecha: Nyobi y Nyla Numan.
De izquierda a derecha: Nyla y Nyobi.
¿Cómo recibes a las nuevas participantes en el equipo y cómo las acercas a esa mentalidad de familia?
Entrenadora Jaz: Nuestro programa es anual, así que cuando alguien quiere unirse, puede hacerlo. Tenemos un sistema de apoyo entre compañeras para que al llegar no se sientan aisladas. Al unirse a un nuevo equipo, las personas normalmente tienden a abandonar porque no conocen a nadie. Con este sistema, las compañeras asignadas guían a las nuevas, las presentan y, a partir de allí, se sienten a gusto y encaminadas con el grupo.
Nyobi: Erin, ¿no fuimos "compañeras" en el sistema?
Erin: Creo que fui "compañera" de todas las que están aquí.
¿Cuáles son algunos de los otros rituales de equipo de Eyekonz?
Todas: Las afirmaciones de "Soy".
Dayana Allen
Adriana Britt
Dayana Allen
Adriana Britt
Cuéntenme sobre las afirmaciones de "Soy".
Nyobi: Es una tradición para aumentar nuestra autoconfianza en el campo. La entrenadora Jaz sostiene un gran espejo y tenemos que mirarnos, ser tan serias como sea posible y decirnos: "Soy...xxx". Puede ser algo como, soy fuerte, soy hermosa, soy una máquina, soy una fuerza de la naturaleza. Esa es la preferida de la entrenadora Jaz.
Me doy cuenta de que cuando lo hace alguna nueva, generalmente tienen problemas de autoconfianza y no están acostumbradas a hablarse a sí mismas seriamente. La entrenadora Jaz te hace pararte ahí y espera hasta que te mires a los ojos. Te dirá algo como: "Cambia la postura, cambia el tono de tu voz, mantén los hombros hacia atrás". Se asegura de que podamos vernos a nosotras mismas con absoluta confianza y sepamos que somos atletas maravillosas y que podemos hacer cualquier cosa que creamos posible.
¿De qué manera las afirmaciones de "Soy" te brindan la confianza para superar los desafíos que enfrentas dentro y fuera del campo de juego?
Nyobi: Realmente no somos una mayoría en este deporte, así que necesitamos la estabilidad mental para poder competir con otras personas que probablemente hayan estado practicándolo desde que nacieron.
Entrenadora Jaz: La mayor parte del tiempo, jugamos contra otros equipos que son cien por ciento blancos. Una parte de practicar este deporte es romper techos de cristal. No solo están allanando el camino para ellas mismas, sino que están enseñándoles a las personas que no se ven como ellas que pertenecemos a este lugar.
¿Cómo se siente ingresar al campo de juego en barrios predominantemente blancos?
Ayanna: A veces son agradables, pero otras veces no lo son. Siento que temen que realmente seamos grandiosas. Una vez, mientras jugaba de portera, paré el tiro de una chica y su papá se enojó porque iban perdiendo.
Entrenadora Jaz: Siempre supe que esta ciudad [que estábamos visitando] era muy racista. A esa altura, Ayanna ya había parado quizás su sexto gol y este padre se puso rojo de rabia y hostilidad y simplemente explotó. Lanzó algo y comenzó a acercarse al campo hacia nuestras jugadoras con una actitud agresiva. Aunque el árbitro estaba allí, el hombre estaba a punto de empujarla por lo que tuve que entrar al campo. El árbitro le dijo: "Salga del campo o llamo a la policía". Fue algo horrible de presenciar, pero fue una experiencia de aprendizaje.
Ayanna: Yo todo el tiempo estuve en shock y confundida.
De izquierda a derecha: Vivian Saintil, Milan Smalls y Erin.
De izquierda a derecha: Vivian Saintil, Milan Smalls y Erin.
De izquierda a derecha: Vivian Saintil, Milan Smalls y Erin.
De izquierda a derecha: Zorah Bradford, Millia Bonney, Nyobi, Sonia Diaz, Ayanna y Azeezah Jones.
¿De qué manera tus compañeras de equipo te impulsan a seguir avanzando?
Nyobi: Todas amamos [este deporte]. Para nosotras es un momento para pasar el rato juntas. Es un tiempo en el que nos sentamos, respiramos. Cuando estamos pasando y atrapando la pelota, siempre estamos charlando, poniéndonos al día, hablando sobre la vida de cada una.
Ayanna: A veces, me gana la ansiedad y empiezo a pensar demasiado, y simplemente no me supero. Ellas me ayudan a aumentar mi autoestima, me dicen que puedo hacerlo y que soy buena.
De izquierda a derecha: Kai, Tatiana Walker, Keyla, Erin y Qadan Johnson.
El verano pasado, Eyekonz organizó una marcha como parte del movimiento Black Lives Matter. ¿Cómo se les ocurrió esa idea?
Erin: Queríamos hacer algo para crear conciencia sobre las mujeres negras que habían sido maltratadas por la policía. Fue una idea de una compañera de equipo de Eyekonz durante una llamada de Zoom, y luego todas lo organizamos.
"Realmente no somos una mayoría en este deporte, así que necesitamos la estabilidad mental para poder competir con otras personas que probablemente hayan estado practicándolo desde que nacieron".
Nyobi: La entrenadora Jaz dijo: "Podemos hacerlo, chicas, tienen que organizarlo". Y con un poco de base y un impulso, pudimos hacer que sucediera. Siento que nos aportó una gran inspiración, porque sentimos que pudimos hacer realidad una idea. Fue simplemente una pequeña mujer afroamericana que se sintió inspirada por algo que había visto y por el dolor que sintió ante la brutalidad policial que estaba sucediendo en ese momento en el mundo. El hecho de que esa idea surgiera y que lográramos llevarlo adelante hasta convertirlo en una verdadera coalición, en una verdadera marcha que obtuvo reconocimiento en todos lados, me hizo sentir, esto me hará llorar, me hizo sentir que era algo realmente importante para nosotras.
Erin Mobley
¿Qué aprendiste al liderar la marcha?
Nyobi: Puedes hacer cualquier cosa en la que creas, siempre que tengas la idea y las ganas de llevarlo adelante y de hacer lo que sea necesario para lograrlo.
¿Cómo lidiaron como equipo cuando el alcalde cerró la ciudad a fines de 2020?
Entrenadora Jaz: Regresamos a los entrenamientos por Zoom que mantuvo a las chicas con un compromiso mutuo. Desafortunadamente, ese momento también fue cuando Rosalyn, la mamá de Anai'ya, murió. Hablé con ella antes de que entrara a la unidad de cuidados intensivos y fue la conversación más estremecedora. Me dijo: "Entrenadora, no lo olvides. Asegúrate de llevar a Anai'ya a la universidad". Tosía y le dije: "Quiero que te relajes, te recompongas para que te puedas sentir mejor". Y poco después de eso, entró a cuidados intensivos. Fue devastador.
Hubo un funeral y sabía que las chicas no podían ir. Decidimos crear una procesión fuera de la iglesia para que pudieran llevar carteles. De esa manera, cuando Anai'ya, Cookie y Adriana salieran, podrían ver que su equipo estaba allí para apoyarlas.
De izquierda a derecha: Adriana y Katelyn Britt.
De izquierda a derecha: Nyla y Qadan.
De izquierda a derecha: Adriana y Katelyn Britt.
De izquierda a derecha: Nyla y Qadan.
Adriana, que ahora tiene 8 años de edad, ya lleva tres años acumulados de entrenamiento en lacrosse. El simple motivo de querer estar cerca de su hermana mayor hizo que se sintiera atraída por este deporte, y ahora sabe que ama estar en el campo por derecho propio. "Me gusta que me haga hacer más ejercicio y comer más sano", dice Adriana recitando de un tirón los motivos por los que ama Eyekonz. "Es algo con lo que mi entrenadora me ayudó".
Las hermanas regresaron a los entrenamientos apuntaladas por los principios de un equipo que sabe que juntas pueden lograr cualquier cosa que se propongan: el campeonato estatal o incluso una marcha para Black Lives Matter.
Smith mira hacia el campo y le hace señas a una joven jugadora que corre alrededor de la cancha sin mucho entusiasmo, con el cabello largo, suelto en rizos que se balancean. Smith le indica que se arregle el cabello, pero la chica protesta y dice que no tiene una liga para atarlo, además de que acaba de hacerse el peinado. "Escucha", dice Smith mientras pide prestada una liga a alguien a un lado del campo y acomoda el cabello de la chica en una cola de caballo, "Eres una atleta y las atletas deben mantener el rostro despejado". Luego de haber aplicado mano dura, le señala a la jugadora novata de lacrosse el camino por el que va y le indica que corra la última vuelta como si realmente quisiera hacerlo. Las jugadoras de Eyekonz establecen expectativas altas y luego se impulsan entre todas para lograrlo.
Texto: Roxanne Fequiere
Fotografía: Laurel Golio, Gillian Laub
Video: Gillian Laub, Meerkat Media