Beneficios del jugo de sandía, según dietistas certificados
Nutrición
Disfruta de esta bebida después del entrenamiento
No hay nada como morder un jugoso pedazo de sandía. Por sí sola, esta fruta es sensacional. ¿Pero alguna vez has considerado beber jugo de sandía? Aparte de ser refrescante, esta bebida contiene muchos nutrientes que ayudan al rendimiento deportivo y la recuperación.
Aquí presentamos cuatro beneficios del jugo de sandía que, con bases científicas, los dietistas certificados aseguran que puedes aprovechar.
Beneficios del jugo de sandía, según los dietistas certificados
1. Aumenta la hidratación
"La sandía es una de las mejores formas de mantenerse hidratado", dice Emma Drackford, dietista certificada por el Sport and Exercise Nutrition Register. Explica que la sandía está hecha 92% de agua, por lo que es una bebida hidratante.
"Beber suficiente agua regula la temperatura corporal, mantiene la función de los órganos, ayuda a la salud digestiva, saca los desechos del cuerpo y ayuda a que los nutrientes lleguen a las células", comenta Mariana Dineen, dietista certificada. Aunque beber agua debe ser parte de la rutina diaria, consumir jugo de sandía ayuda a alcanzar la ingesta de agua necesaria diariamente. Los expertos aseguran que la mujer promedio requiere de aproximadamente 11.5 vasos de agua al día para realizar sus actividades cotidianas (esto no incluye entrenar), en comparación con los hombres que necesitan hasta 15.5 vasos para realizar sus tareas diarias.
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2. Ofrece una buena dosis de electrolitos
Según Dineen, la sandía contiene dos electrolitos clave: magnesio y potasio, que mejoran el rendimiento deportivo y retienen los líquidos para la hidratación. Para ponerlo en contexto, los electrolitos son minerales esenciales que se aseguran de que las células absorban los nutrientes suficientes y saquen los desechos. También mantienen controlada la cantidad de agua en el cuerpo.
Así pues, beber jugo de sandía no debe reemplazar otros tipos de electrolitos, pues carece de sodio, que es un electrolito fundamental. "Ya que es baja en sodio, no hidrata correctamente a los deportistas, esto es importante considerarlo", menciona Drackford.
3. Ayuda a la salud cardíaca
La sandía también contiene un antioxidante llamado licopeno, que es responsable de darle a esta fruta jugosa su color rosa rojizo.
"Los antioxidantes son moléculas que ayudan a la salud e interactúan de forma segura con radicales libres, los neutralizan e inhiben su capacidad de causar daño celular", dice Dineen. "Datos de estudios epidemiológicos sugieren que el licopeno mejora los lípidos sanguíneos y la presión arterial", comenta. Y añade que el licopeno está biodisponible en la sandía fresca. La biodisponibilidad se relaciona con la absorción y significa que una sustancia puede ser absorbida por el cuerpo. Así que, en este caso, el cuerpo absorbe el licopeno cuando consumes sandía.
Algunos componentes de la sandía también ayudan a bajar la presión arterial. La citrulina en la sandía se transforma dentro del cuerpo en un aminoácido llamado arginina y ayuda a la síntesis de óxido nítrico, "que actúa como un vasodilatador y baja la presión arterial", afirma Dineen. Aunque toda la sandía contiene citrulina, Dineen explica que esta es más abundante en la corteza blanca. Por suerte, la mayoría del jugo de sandía vendido en las tiendas usa presión en frío para exprimir la corteza y la pulpa, así aprovechas este beneficio cuando lo consumes.
4. Favorece la recuperación muscular
La citrulina brilla nuevamente como el beneficio clave del jugo de sandía.
"Este aminoácido aumenta el flujo sanguíneo a los músculos, esto reduce la intensidad del dolor después de entrenar", asegura Drackford. También comenta que dicho aminoácido "aumenta la cantidad de óxido nítrico que reciben los músculos para que el ejercicio se sienta menos pesado".
Cómo hacer jugo de sandía
Hacer jugo de sandía fresco es mucho más fácil de lo que parece. De hecho, no necesitas un exprimidor ni nada por el estilo para hacerlo.
"Saca la pulpa de una sandía pequeña con una cuchara, licúala durante 30 segundos y tendrás jugo de sandía", dice Dineen. Para obtener un jugo menos espeso, ella recomienda colar la sandía licuada. Si quieres algo más práctico, puedes comprar jugo de sandía recién exprimido en la tienda, este contiene la corteza y la pulpa.
"Si lo compras en la tienda, opta por el que sea de 80 a 100% jugo sin azúcar añadida", recomienda Dineen.
Ten cuidado con las azúcares añadidas, previene Amanda Sauceda, nutrióloga dietista certificada con maestría. Según la Asociación Americana del Corazón, las mujeres no deben exceder las seis cucharaditas de azúcar añadida al día, los hombres nueve. Para evitar el riesgo de la azúcar añadida, lo mejor es buscar jugo recién exprimido en lugar del envasado que tiene un mayor período de conservación.
¿Hay quienes deban limitar el consumo de jugo de sandía?
Como señala Dineen, la sandía se considera una fruta alta en FODMAP. FODMAP significa oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables, que son un grupo de azúcares que el intestino no digiere ni absorbe bien. La gente con el síndrome del intestino irritable, por ejemplo, puede experimentar con una dieta baja en FODMAP para identificar qué alimentos empeoran los síntomas.
"Si estás en la fase de eliminación de la dieta baja en FODMAP, debes evitar la sandía", asegura Dineen.
Dicho esto, no todas las personas son sensibles a los alimentos altos en FODMAP y mediante esta dieta se puede reincorporar la sandía si se tolera bien. Por supuesto que se recomienda trabajar de la mano con un dietista certificado cuando se lleva cualquier tipo de dieta de eliminación.
Además, Dineen dice que quienes tienen intolerancia alimentaria a la fructosa (también llamada malabsorción de fructosa) o intolerancia hereditaria a la fructosa deben evitar la sandía. Quienes sufran de hiperpotasemia también deben tener cuidado con el consumo elevado de jugo de sandía.
"La hiperpotasemia es un trastorno en donde se tiene demasiado potasio en la sangre", comenta Drackford. Ya que la sandía es una gran fuente de potasio, Drackford recomienda a las personas con este trastorno evitarla en todas sus formas.
Texto: Jessie Quinn