Qué hacer si tienes una ampolla de sangre en un dedo del pie según los podólogos
Salud y bienestar
La gran pregunta ¿reventarla o no?
En casi cualquier deporte, los pies soportan mucho. Y, por la presión, fuerza y fricción pueden aparecer ampollas de sangre, especialmente en los dedos de los pies.
Pueden parecer más alarmantes que las ampollas normales y a veces la tentación de reventar una ampolla de sangre es muy fuerte. A continuación, encontrarás qué causa las ampollas de sangre, cómo tratar la que empieza a molestarte y algunos consejos de expertos para prevenirlas.
¿Qué es una ampolla de sangre?
Por lo general, las ampollas aparecen por el daño que provoca el calor o la fricción en la piel, dijo el médico podiatra, Alireza Khosroabadi.
"La ampolla de sangre es, básicamente, una ampolla normal con la diferencia de que los vasos sanguíneos que están debajo están dañados", explicó. "Esto hace que la sangre pase a la ampolla y que esta adquiera un color rojo oscuro o púrpura".
De este modo, se puede activar una señal para que el cuerpo active una respuesta del sistema inmunológico, causando una inflamación en la zona. En consecuencia, la ampolla de sangre en el dedo del pie puede inflamarse, doler, arder o dar comezón.
Normalmente, se produce en la parte superior de los dedos de los pies, especialmente en el meñique, aunque también puede aparecer en la base del dedo gordo y en la bola del pie, comentó Khosroabadi. El lugar donde aparecen suele depender de la estructura del pie, ya que esta influye en la forma en que el pie se apoya al practicar un deporte como el running o el fútbol.
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Por ejemplo, una persona con arcos elevados es más propensa a tener ampollas en la bola del pie que otra con el pie plano, explicó. Si los dedos de los pies tienden a doblarse hacia arriba, lo que se conoce como dedo en martillo, es posible que aparezcan ampollas en la parte superior de los dedos por el roce con el calzado cuando haces actividad física.
Los callos son otro problema común, dijo el médico podiatra Fausto Ramos, fundador del Ramos Foot and Ankle Center.
"Los callos son un engrosamiento de la piel a causa de microtraumatismos", comentó. "El cuerpo trata de protegerse creando más piel. Sin embargo, cuando el callo es muy grande, puede aumentar la presión debajo de la piel, dando lugar a ampollas de sangre".
¿Tienes una ampolla de sangre en un dedo del pie? Estos son algunos métodos de tratamiento.
Disculpen, reventadores de ampollas, este no es el momento de actuar. Por muy desagradables o molestas que sean las ampollas de sangre, y las de otro tipo, forman una barrera entre las bacterias externas y las capas más profundas de la piel. Si esta se rompe, puede aumentar significativamente el riesgo de una infección, comentó Ramos.
"Lo más probable es que las ampollas de sangre estén limpias y estériles por dentro", dijo. "Una vez que las ampollas se revientan, pueden infectarse. Entonces, lo mejor es mantenerlas limpias y protegidas".
Para ello, usa un apósito adhesivo o una curita que tenga "forma de dona" para dejar la ampolla en el centro, para que este siga estando expuesto, y luego pon una gasa sobre él. La ampolla deberá cicatrizar en una o dos semanas, y desaparecerá cuando el líquido en su interior se seque.
Si la ampolla se revienta sola, Khosroabadi sugiere lavar las manos y la ampolla con agua y jabón primero, y luego usar yodo para limpiarla por completo. Cubre el área con un vendaje, de preferencia el llamado hidrocoloide, disponible casi siempre en las farmacias. De este modo, se establece una barrera tipo gel que evita que el apósito se adhiera al tejido abierto, y como explica Khosroabadi, crea el mejor entorno para la cicatrización.
Prevención de ampollas
Para prevenir una ampolla de sangre, analiza qué es lo que puede estar causando el problema.
1.Reconsidera tu calzado.
Las áreas de fricción, como los puntos sensibles o el enrojecimiento, son una señal de que la piel roza demasiado dentro del calzado. Si el calzado está desgastado, no ajusta bien o no ofrece un soporte adecuado, considera visitar una tienda de calzado de running y habla con un especialista para encontrar una mejor opción para la estructura del pie y para el modo que tengas de andar.
2.Calcetines absorbentes de sudor.
Las ampollas pueden aparecer por un exceso de sudor en los dedos de los pies, parte superior del pie y arco. Comprar unos calcetines de buena calidad puede ayudar a que los dedos de los pies no tengan ampollas.
3.Habla con tu médico.
Los anticoagulantes sirven para reducir el riesgo de coagulación de la sangre en personas con problemas del corazón, pero también pueden elevar el riesgo de tener ampollas de sangre, tanto en los pies como en otras partes del cuerpo, según la Cleveland Clinic. Sin embargo, eso no debe ser un detonante para dejar de tomar medicamentos, especialmente porque las ampollas de sangre no están consideradas como peligrosas, dijo Khosroabadi. Si las ampollas siguen apareciendo y se vuelven un problema, habla con tu médico para saber si hay otras soluciones, como cambiar de medicamentos.
4.Cambiar al entrenamiento de fuerza.
Seguir con una actividad aeróbica de alto impacto cuando uno tiene una ampolla de sangre en un dedo del pie puede empeorar el problema, comentó Khosroabadi. Puede ocasionar que la ampolla se reviente y se convierta en una herida, provocando más daño a las capas de la piel. Cuando eso pasa, dijo, tardará más tiempo en cicatrizar y causará más dolor. El entrenamiento de fuerza es una alternativa excelente porque hay menos movimiento del pie, de modo que la fricción y el impacto se reducen.
5.Usa almohadillas para ampollas, curitas o apósitos adhesivos.
Khosroabadi dijo que, todas estas son excelentes opciones para prevenir ampollas. Es posible ponerlas donde hubo una ampolla en el pasado o donde se observe que la piel del pie está irritada sin que ya tenga una ampolla.
Si ya probaste todo tipo de soluciones y te siguen saliendo ampollas de sangre en los dedos o en otras partes del pie, tal vez sea el momento de que consultes a un podiatra. A veces, los problemas de los pies, como los dedos en martillo, juanetes y pie cavo, con un arco muy elevado, pueden corregirse, por ejemplo, con unas plantillas ortopédicas. Son dispositivos que se llevan dentro del calzado para corregir cuestiones biomecánicas y también pueden disminuir el dolor de problemas como la fascitis plantar o la artritis.
Redacción: Elizabeth Millard