Cómo afecta el ejercicio al sistema inmunológico
Salud y bienestar
Los expertos opinan acerca de cómo el ejercicio puede afectar la función inmunológica.
Desde huesos más fuertes hasta el alivio del estrés, el ejercicio presume de ofrecer varios beneficios para la salud. Pero, ¿cuál es la conexión entre el ejercicio y el sistema inmunológico? Lee lo siguiente para conocer los beneficios de la movilidad en la función inmunológica.
¿Qué le sucede al sistema inmunológico cuando te ejercitas?
Todo comienza a nivel celular.
"Las contracciones musculares provocan la liberación de citocina, que regula la actividad inmunológica celular", dice el Dr. Sean Heffron, cardiólogo preventivo y experto en salud deportiva en el Centro para la prevención de enfermedades cardiovasculares en el NYU Langone Health.
Las citocinas son pequeñas proteínas que indican actividad a las células sanguíneas y del sistema inmunológico. Básicamente, son mensajeros celulares y parte crucial de la respuesta inmunológica del cuerpo a patógenos causantes de enfermedades e inflamación, según la American Cancer Society.
Existen diferentes tipos de citocinas en el cuerpo: las proinflamatorias y antiinflamatorias. Las citocinas proinflamatorias fomentan la inflamación en la respuesta inmunológica del cuerpo para activar la labor de reducción de inflamación de las citocinas antiinflamatorias.
Beneficios del ejercicio en el sistema inmunológico
Desde la detección temprana de patógenos causantes de enfermedades hasta la capacidad de reducir el riesgo de enfermedades crónicas, el ejercicio ofrece varios beneficios al sistema inmunológico. Aquí te decimos qué pasa cuando te ejercitas.
1.El ejercicio mejora la respuesta inmunológica
El ejercicio en todas las intensidades produce citocinas proinflamatorias que pueden aliviar infecciones y reducir la inflamación. Una evaluación del 2020 en Frontiers in Physiology descubrió que, a pesar de que el ejercicio de intensidad moderada y vigorosa liberaba citocinas proinflamatorias, las antiinflamatorias se liberaban subsecuentemente para combatir esa respuesta.
Heffron comenta que, aunque no está completamente claro cómo las citocinas proinflamatorias resultantes del ejercicio pueden ser benéficas, es probable que sea por cómo se crean y desaparecen después del ejercicio.
Además, el ejercicio disminuye las hormonas del estrés. Esto ofrece algo de protección contra enfermedades, comenta la Dra. Tracy Zaslow, especialista en medicina deportiva en el Cedars-Sinai Kerlan-Jobe Institute en Los Ángeles y doctora del equipo Angel City Football Club. Durante y después de un entrenamiento, la temperatura corporal se eleva y esto es para ayudar al cuerpo a combatir mejor las infecciones, comenta.
Una investigación demuestra que el ejercicio también disminuye las citocinas proinflamatorias en sobrevivientes de cáncer. Una evaluación del 2019 en la revista Brain, Behavior, and Immunity sugiere que combinar aeróbicos con entrenamiento de resistencia reduce los marcadores proinflamatorios en sobrevivientes de cáncer de próstata y mama, al incrementar los linfocitos, incluyendo las células NK o asesinas naturales.
2.El ejercicio ayuda al cuerpo a detectar infecciones
Durante el ejercicio, el cuerpo también libera hormonas que estimulan la secreción de linfocitos (un tipo de glóbulos blancos) a diferentes órganos y tejidos donde pueden detectar virus e indicarle al cuerpo combatirlos, dice Heffron.
"Los glóbulos blancos y anticuerpos son dos elementos que combaten infecciones en el sistema inmunológico del cuerpo", comenta Zaslow. "El ejercicio causa cambios en los anticuerpos y glóbulos blancos para que circulen más rápidamente y, en teoría, puedan detectar enfermedades de forma más temprana".
El ejercicio aeróbico estimula la médula ósea para producir glóbulos blancos e incrementar la rotación de células más viejas, dice Heffron.
Además, un estudio de 2011 en la British Journal of Sports Medicine descubrió que la gente que entrenó cinco o más días a la semana, durante 12 semanas, redujo el riesgo de desarrollar una infección del tracto respiratorio superior en un 43%, comparado con gente sedentaria.
3.El ejercicio previene enfermedades crónicas
El estrés oxidativo es un fenómeno que ocurre en el cuerpo cuando hay un desequilibrio de antioxidantes y moléculas conocidas como radicales libres. Aun siendo el estrés oxidativo una consecuencia natural de los procesos biológicos del cuerpo, como respirar, digerir comida e incluso ejercitarse, la exposición crónica a niveles altos de este estrés puede ser dañina.
De hecho, está asociado a problemas de salud como la diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer. Esto se debe a que la acumulación de muchos radicales libres en el cuerpo sin suficientes antioxidantes para regularlos, puede causar daño celular y tisular, y terminar en enfermedad, según un artículo de evaluación en Frontiers in Physiology.
Aun cuando el ejercicio puede ser causa del estrés oxidativo, también puede fortalecer la capacidad de antioxidantes en el cuerpo para combatir los efectos negativos de este estrés desde todos los frentes, no solo al ejercitarse, comenta Heffron. Puede verse como un sistema de balance de poderes.
"La actividad física, ya sea planeada, un entrenamiento estructurado o movimientos corporales con las actividades diarias, puede aliviar los efectos dañinos causados por los radicales libres", dice Zaslow.
El ejercicio moderado previene el estrés oxidativo y protege contra enfermedades con inflamaciones leves como la aterosclerosis (acumulación de grasa en las arterias del corazón), comenta.
El ejercicio también se asocia a una menor incidencia de algunas enfermedades crónicas relacionadas con la edad, incluyendo enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y algunos cánceres, según una evaluación de 2013 en Clinics. Según una evaluación de 2019 en Frontiers in Physiology, el entrenamiento de fuerza es igual de eficaz que el ejercicio aeróbico en cuanto a la reducción del riesgo de enfermedades crónicas en adultos mayores. Con más razón debemos hacer pesas.
Dato importante: el ejercicio de intensidad moderada es diferente para todos y se basa en el nivel individual de condición física. Para la mayoría de las personas, esto incluye cualquier tipo de entrenamiento o ejercicio que eleve la frecuencia cardíaca de 50 a 60% más del promedio en reposo, según la Clínica Cleveland.
Si no sabes bien qué tipo de ejercicio hacer (o cuánto), es mejor hablar con tu doctor para establecer una rutina que se adapte a tus necesidades.
Texto: Tiffany Ayuda