AIR JORDAN XI OG
DETRÁS DEL DISEÑO
En 1993, Michael Jordan anuncia su retirada de la liga para centrarse en el béisbol profesional. Las noticias de que la figura más conocida del baloncesto abandonaba este deporte en la cima de su carrera desataron una gran cantidad de incógnitas como, por ejemplo, qué pasaría con Air Jordan, su firma de zapatillas. Muchos opinaron que esta no debería continuar, pero unos pocos seguían creyendo en ella, como el diseñador Tinker Hatfield, que comenzó a trabajar para la marca con las Air Jordan III.
Algunos pensaron que la marca debería concluir con las Air Jordan X, pero Hatfield siempre pensó que debería continuar a pesar de la ausencia de Michael en las canchas. "Tenía la impresión de que él ya había dejado su huella en el mercado, que había traspasado la barrera del deporte y ya no importaba demasiado si jugaba o no", explica Hatfield. Como muchas mentes creativas e innovadoras, Hatfield decidió confiar en su instinto y comenzar a trabajar en un modelo que se convertiría en toda una leyenda: las Air Jordan 11.
Debido a su espíritu competitivo, Hatfield quería que se convirtiesen en las zapatillas de baloncesto más innovadoras de la historia. "Como un atleta que perseguía la victoria, opté por añadir más tecnología e innovación a mi idea de las Jordan XI. Puse mucho más empeño en ello que en todo lo que había hecho hasta ese momento con Nike. Por eso estas zapatillas contaron con tantas primicias", comparte. "Una parte de mí quería demostrar que podíamos seguir ofreciendo un gran trabajo de diseño incluso con Michael fuera de las canchas. Ese tipo de motivación vende".
Entre estas "primicias" se incluye una placa de fibra de carbono completa, desarrollada especialmente para las XI. Tras estudiar imágenes a cámara rápida de zapatillas de atletas en plena acción, a Hatfield se le ocurrió la idea de la placa. Se dio cuenta de que algunas zapatillas de baloncesto eran demasiado flexibles, lo que provocaba que los pies de los atletas más importantes se flexionasen demasiado. Así fue como decidió unir su visión con su experiencia como jugador de fútbol americano en el instituto, y comenzar a crear un prototipo para desarrollar la placa de las XI. "Cuando me compraba unas botas nuevas, me resultaban algo rígidas fuera del campo, pero el día del partido simplemente me dejaba llevar. Las botas de fútbol acabaron convirtiéndose en toda una herramienta gracias a su rigidez, que te permite moverte un poco más rápido". A la placa de fibra de carbono completa se uniría la amortiguación Nike Air para la versión final de este modelo.
El equipo quería satisfacer los deseos y necesidades de Michael, como ya se hizo con todos los demás modelos de alto rendimiento de Air Jordan. El icónico brillo de las Air Jordan XI surgió a raíz de una petición del mismo Michael. "Michael siempre nos preguntaba si podríamos lanzar en algún momento unas zapatillas de baloncesto brillantes. Por aquel entonces, él no tenía claro lo que eso significaba, y nosotros tampoco, hasta que descubrimos unas zapatillas de Nike Baseball japonesas personalizadas". El charol en la bota aportaba brillo y un aspecto impecable pero, además, Hatfield se dio cuenta de que este material ofrecía sujeción gracias a su rigidez.
A partir de esa idea, creó el concepto del diseño de charol que rodea a las XI, que ofrecía contención a Michael en la cancha. No solo se utilizó con fines de rendimiento, también aportaba elegancia a las canchas, a diferencia de otras zapatillas anteriores. Estéticamente, Hatfield se inspiró en los vehículos de alto rendimiento a la hora de añadir esta pieza. "Quería que el diseño de las zapatillas fuese como la carrocería de un coche, brillante y fácil de limpiar", describe Hatfield. "Dibujé algunos coches y estas zapatillas eran como uno con carrocería brillante pero convertible, ya que también contaban con una parte superior de tela".
Esa estructura de tela dio como lugar a la exclusiva parte superior de nailon balístico de las Air Jordan XI. El equipo dio con un nailon duradero y de gran calidad, hasta entonces utilizado para confeccionar mochilas de acampada. La parte superior también contaba con un sistema de cordones "rápido" único, que utilizaba presillas entrelazadas de nailon. Este concepto también nació a raíz de una visión de MJ, ya que los primeros prototipos (imagen superior) incorporaban una lengüeta asimétrica que no le acababa de convencer, ya que esto haría que ponérselas fuese más complicado.
Con el diseño de las zapatillas ya desarrollado, era hora de pensar en los colores que las diferenciarían de las anteriores Air Jordan. La combinación en blanco y negro le otorgaría el estatus de leyenda al instante, pero los detalles en concordia oscuro las haría únicas. "Pensé que el blanco y negro combinaría con todo, pero me decidí por el morado en la parte inferior para que todo el mundo viese que quería crear unas zapatillas alocadas, pero que quedasen bien con los colores de cualquier equipo. Por eso me decanté por el concordia morado; quería sorprender a la gente".
Hatfield le dio un par a Michael y le hizo una única petición: no ponérselas. "Entonces él volvió y se las puso para entrenar". Hatfield recuerda lo que le dijo a MJ: "Ni se te ocurra ponértelas para jugar. No las uses para ningún partido porque no están listas aún para salir a venta". Por supuesto, debido a su naturaleza imprevisible, Michael se puso sus Air Jordan XI por primera vez para las semifinales de la Conferencia Este, donde se enfrentaba a los Orlando Magic.
Meses antes de su lanzamiento oficial, estas zapatillas se convirtieron al instante en una leyenda deseada por todos. "Resultó una estrategia brillante por parte de Michael, ya que su forma de presentarlas fue algo sin precedentes". Veintitrés años después, el emblemático modelo que llevó la elegancia a las canchas y más allá, sigue sin perder su título de leyenda.