Tras ganar dos títulos de la NBA seguidos, los Bulls se encontraban a las puertas de conseguir un célebre triplete. Con una actuación arrolladora en el segundo partido de las finales de 1993, Pippen se convirtió en el 12º jugador de la historia en lograr un triple doble en un partido de las finales. El jugador puso la guinda a una gran noche con un tapón a un posible triple que hubiera empatado el partido y con el que los Bulls se colocaron 2-0 en una serie que acabarían ganando. En la víspera de la retirada de Jordan al finalizar la serie, Pippen mostró con su rendimiento en las finales que podía acaparar los focos y ser el líder de los Bulls.