Todo el mundo tiene alma de entrenador
Coaching for Belonging
Durante tu infancia, seguro que hubo algún momento en el que te sentiste parte de un grupo. No solo estabas a gusto con tu mente y tu cuerpo, sino que te abriste a tu entorno y a otras personas.
Nadie te juzgaba, nadie te avergonzaba, no existían los prejuicios: estabas a salvo, con ganas de poner a prueba tus límites y probar cosas nuevas. No había ningún problema en que te mostrases tal como eres y podías elegir el rumbo de tu vida.
Probablemente, en cada uno de esos momentos tenías cerca a una persona adulta (profesor/a, padre, madre, entrenador/a o miembro de tu familia o de la comunidad) que se preocupó por ti, que te valoró y te ayudó a descubrir tu potencial. Ahora que has llegado a la edad adulta, tienes la oportunidad de cambiar el futuro del deporte para que todos los niños y las niñas se sientan parte de un grupo, incluso si nunca antes habías sido coach.
Las experiencias, los orígenes, las identidades y los intereses de cada joven atleta son únicos, y eso es justo lo que hace que entrenar a esas personas sea tan exigente como emocionante. Sus capacidades físicas, sus creencias, sus costumbres, su identidad de género… forman un todo que llevan siempre consigo. Una de las responsabilidades más importantes que tenemos como entrenadores, entrenadoras o coaches es asegurarnos de que nadie se sienta en situación de exclusión. Debemos evitar a toda costa que nieguen, escondan o se avergüencen de cualquier aspecto de sus vidas.
"Cuando te consideras parte de un grupo es porque tienes un lugar en el que sientes seguridad y aceptación, un espacio donde puedes ser tú. Nadie te juzga por quién eres, qué haces o de dónde vienes. La inclusión hace que las personas se sientan cómodas y acepten sus diferencias, pero el sentimiento de pertenencia va incluso más allá".
Jean Hansen
Vicepresidenta de School Partnerships and Youth Outreach en Special Olympics Oregon
"Estas edades son clave en su desarrollo. Los niños y las niñas empiezan a querer ganar independencia y pasan más tiempo con sus compañeros y compañeras de equipo. Es importante que cada coach cree escenarios donde se sientan a gusto. Desde mi punto de vista, el fútbol es un espacio para experimentar, donde pueden probar sus capacidades y salir de su zona de confort".
Roberto de Paz
Entrenador en Proyecto Cantera Juntos por México AC
Cuando sienten que forman parte de un grupo, pueden mostrarse tal como son, tanto en el deporte como en su día a día. Esa aceptación les ayuda a tener una buena infancia y a desarrollarse. El resultado es una generación de jóvenes atletas solidaria y tolerante que ha establecido un vínculo positivo con su cuerpo y con el juego, la actividad física y el deporte.
Para los niños y niñas de entre 7 y 12 años, el sentimiento de pertenencia es crucial. "A esas edades se vuelven más independientes y empiezan a relacionarse más con personas de más o menos su misma edad", explica Diana Cutaia, fundadora de Coaching Peace. "Son más conscientes del trato que reciben de los demás, de si los incluyen o no. Empiezan a descubrir el mundo con sus compañeros y compañeras, y ya no dependen tanto de sus padres, madres o cuidadores".
Para que liberen todo su potencial durante esta etapa, las personas adultas debemos darles independencia y seguridad, para que se atrevan a explorar por su cuenta en un entorno divertido y positivo. Y, para fomentar la inclusión, no solo debemos procurar que sientan que forman parte de un equipo; también debemos cambiar su mundo, promoviendo el crecimiento y la seguridad emocional.
El juego, la actividad física y el deporte son espacios ideales donde sembrar un sentimiento de pertenencia, y la orientación es una forma muy gratificante de hacerlo. Al mundo siempre le harán falta entrenadores y entrenadoras responsables; personas adultas que les ayuden a crecer, que desarrollen un vínculo estable y afectuoso con la nueva generación y se tomen la responsabilidad de la tutoría seriamente para ayudar a que se muevan y jueguen con total libertad y seguridad. La figura que dirige el entrenamiento es el principal motivo por el que no abandonan el deporte. Cuando tienen una experiencia positiva de este tipo, lo más probable es que no la olviden jamás.
Todo el mundo tiene alma de entrenador.
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