Hace muchos años, una niña llamada Thembi tenía claro que iba a jugar su primer partido de fútbol sin hacer caso a lo que pensase la gente. Cuando Thembi tenía 8 años, decidió que iría a un entrenamiento de fútbol con los niños de su colegio.

Thembi se enamoró al instante, pero en su ciudad, Mohlakeng (Sudáfrica), nadie conocía a ninguna niña que hubiese jugado al fútbol. Thembi sintió mariposas en el estómago cuando quedaba poco tiempo para su primer partido.

A ella le preocupaba qué pensaría la gente.

"No dejes que otra persona decida por ti en qué quieres trabajar".

El día del partido, Thembi fue al campo de tierra de su ciudad. La gente ponía sillas plegables alrededor del campo para mirar. Cuando ella y su equipo salieron a jugar, Thembi pudo notar cómo la miraban. Escuchó los silbidos de burla de los espectadores cuando veían a la única niña futbolista. Respiró hondo y comenzó el partido.

Thembi marcó un gol tras otro en el campo de tierra de su pequeña ciudad y, más tarde, empezó a jugar en estadios enormes. En la mayor competición femenina de selecciones de África, Thembi llevó a Sudáfrica a la final. Una de sus compañeras colgó el balón al área, pero una defensora despejó y mandó el balón por los aires.

El balón aún estaba en el aire cuando Thembi llevó la pierna hacia atrás dispuesta a volear hacia el fondo de red. Con un sonido inconfundible, el balón pegó en el palo y entró en la portería.

Nombraron a Thembi como la mejor jugadora del torneo. Este es uno de los muchos títulos que ha recibido en su carrera futbolística hasta ahora. Todo gracias a que una niña pequeña decidió ser valiente.

Queridas Rebels:

El mundo tiene mucho que ofrecer. Tenéis que saber qué queréis hacer e ir a por ello. Es vuestra experiencia: aceptadla y vivid vuestras vidas al máximo. No os comparéis con nadie. Incluso en los peores momentos de la vida, tenéis fuerza en vuestro interior para sacar vuestro verdadero yo.

- Thembi Kgatlana