Cómo saber si sufres agotamiento por calor y qué hacer según los médicos

Estás disfrutando de la temperatura veraniega y dándolo todo en tu entrenamiento al aire libre cuando empiezas a sentirte un poco mal. Un leve mareo, quizá, o un dolor de cabeza que aparece demasiado rápido. ¿Es deshidratación o algo más grave, como el agotamiento por calor?

Te contamos las señales del agotamiento por calor y te ofrecemos algunos consejos de profesionales de la medicina sobre qué hacer si ocurre, además de cómo evitar llegar a ese punto.

Antes de comentar las señales, es útil conocer qué conlleva este malestar y en qué se diferencia de otros problemas similares.

Hay varios tipos de enfermedades relacionadas con el calor, según los Centros de control de enfermedades que van de leves a potencialmente mortales. Entre las más leves se encuentran la miliaria, que suele provocar pequeñas ampollas, o los calambres, que incluyen espasmos musculares. Por otro lado, el golpe de calor es la enfermedad más grave relacionada con el calor y puede ser mortal si no se trata de inmediato.

En la escala de importancia, el agotamiento por calor se encuentra entre la miliaria y el golpe de calor. El agotamiento por calor se da cuando el cuerpo se sobrecalienta, dice Ali Mesiwala, neurocirujano y especialista deportivo en el DISC Sports and Spine Center de Newport Beach (California, EE. UU.).

El experto explica que el cuerpo debe regular la pérdida de calor cuando hace frío y la acumulación de calor cuando las temperaturas son altas. Por lo general, el cuerpo suda al hacer ejercicio y, al evaporarse, se enfría el cuerpo. En entornos de calor o humedad este mecanismo de refrigeración no funciona bien.

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Mesiwala indica que los riesgos de desarrollar agotamiento por calor pueden aumentar si te deshidratas, has tomado mucho alcohol o llevas ropa que impide que el sudor se evapore fácilmente (¡prueba esta ropa que dispersa el sudor!). Esto es especialmente importante cuando le sumas una actividad física intensa, como el running o el HIIT, cuando hay mucha humedad.

Nos explica que, cuando el cuerpo no puede regular la temperatura interna en esta situación, los síntomas aparecen rápidamente y, si no se tratan, puede ser un desastre. Al final es cuando aparece el golpe de calor, afirma el experto. Pero, como el agotamiento por calor puede ser una fase de esa experiencia, es muy importante identificarlo antes de que empeore.

Hay que prestar atención a la sensación inicial de que algo no va bien, nos cuenta Casey Batten,, director del departamento de atención primaria de medicina deportiva en el Cedars-Sinai Kerlan-Jobe Institute de Los Ángeles (EE. UU.), y médico jefe de atención primaria deportiva del equipo de fútbol americano Los Angeles Rams.

Nos explica que los síntomas suelen comenzar con una sensación de falta de forma, como la fatiga y el cansancio. Si sigues haciendo deporte, es probable que se sumen otros síntomas de agotamiento por calor. Por ejemplo:

• Mucho sudor
• Náuseas
• Mareo
• Piel fría y húmeda
• Dolor de cabeza
• Irritabilidad
• Sed
• Orinar menos
• Mayor temperatura corporal
• Aturdimiento
• Pulso acelerado

Si el agotamiento por calor continúa (y puede ser rápido: pasar de sentirse regular a que empeoren los síntomas en 10 o 15 minutos) puede que hasta notes que no sudas, comenta Anjali Bharati, experta en osteopatía y médica de urgencias en el Lenox Health Greenwich Village de Nueva York. El motivo: tu cuerpo no es capaz de determinar la regulación de temperatura adecuada, por lo que la piel estará seca y caliente, incluso aunque estuvieras sudando hace poco.

Al llegar a este punto del agotamiento por calor, puede que también experimentes calambres abdominales y orina oscura, del color del té o la cola, porque te has deshidratado, indica Bharati. Puede que tengas dificultades para mantenerte en pie, que te marees al levantarte y que se te acelere el pulso.

Si sigues haciendo deporte a pesar de los síntomas de agotamiento por calor que van a peor, puedes sufrir un golpe de calor. Cuando eso ocurre, la temperatura del cuerpo puede dispararse hasta los 41º C en 15 minutos, según el CDC.

Otra posible complicación es la rabdomiólisis, que se asocia al estrés por calor y al esfuerzo físico prolongado. Cuando esto ocurre, el tejido muscular muere y los electrolitos y las proteínas se liberan al torrente sanguíneo, provocando posiblemente ritmos cardiacos irregulares, daños renales y convulsiones.

¿Qué deberías hacer? Tratar el agotamiento por calor cuando notes los primeros síntomas, aunque no lo sepas con seguridad. Cuando haces ejercicio con humedad y calor, lo mejor es tener cuidado.

Cuando empiezas a sentir cualquiera de los síntomas del agotamiento por calor, lo primero es parar la actividad al instante, nos recomienda Mesiwala. Estos son los siguientes pasos:

• Ve a una zona fresca y con sombra y, si puede ser, con aire acondicionado.
• Bebe agua fría o una bebida con electrolitos con sorbos frecuentes y no de un trago.
• Quítate la ropa que no necesites, como las zapatillas y los calcetines.
• Échate un poco de agua fría en la cabeza, la cara y el cuello.
• Pídele a alguien que se quede contigo si es posible, por si empeoran los síntomas.

Incluso si tú no te arriesgas a sufrir un agotamiento por calor, es útil conocer los síntomas y saber cómo actuar si ves que hay alguien a tu alrededor que parezca que tiene problemas. Esto es importante sobre todo si el agotamiento por calor empeora y empieza a convertirse en un golpe de calor y las personas comienzan a tener problemas, como notar confusión, dice Mesiwala.

Además, nos indica que los síntomas suelen disminuir a la media hora. Si no se reducen después de una hora, el experto recomienda buscar asistencia médica. También dice que no hay que esperar si los síntomas son más graves, como la pérdida de conocimiento o una agitación intensa: hay que ir al hospital o llamar a los servicios de emergencia.

El lado positivo es que el agotamiento por calor se puede evitar, nos cuenta Mesiwala. Solo hay que bajar la intensidad y la duración del entrenamiento en el exterior si hace calor. Otras estrategias importantes son:

• Haz ejercicio más temprano o más tarde, cuando no haga tanto calor
• Descansa con frecuencia, más a menudo de lo que creas necesario
• Hidrátate con agua y usa electrolitos para reponer los que has perdido con el sudor
• Ponte ropa que disperse el sudor o que tenga un ajuste holgado
• Acostúmbrate despacio al tiempo. Puede que tardes semanas en hacerte a entrenar con calor
• Protégete de las quemaduras solares, porque pueden afectar a la regulación de la temperatura corporal
• No tomes bebidas alcohólicas antes o después de hacer ejercicio, porque aumentan la deshidratación

Y, lo más importante, presta atención. Si haces ejercicio al aire libre de manera regular, probablemente conoces tu límite de entrenamiento con calor. Cuando empieces a sentir demasiado calor, deberías tomártelo como una señal de que es un buen momento para descansar, buscar una sombra, beber un poco de agua y recargar energía antes de volver a la acción.

Texto: Elizabeth Millard