La revolución del fútbol femenino en Brasil.
Atletas*
La estrella de fútbol brasileño Andressa Alves nos habla de cómo ha crecido el fútbol femenino en su país y en un montón de sitios más.
Sofia solo tiene 14 años, pero ya nota que algo está cambiando en el fútbol femenino.
Sentada en el vestuario con sus compañeras de club en São Paulo (Brasil), nos habló del torneo de 2019, que se retransmitió en abierto en todo el país por primera vez en la historia.
"No sé ni qué decir. Fue algo increíble", comenta Sofia. "Hay gente que no sabía ni qué era el fútbol femenino. Algunas personas se sorprendieron mucho al ver que las mujeres también juegan al fútbol. Y a partir de ahí todo el mundo empezó saber más sobre el tema".
Más visibilidad
Su camino no ha sido fácil, pero el torneo del verano pasado en Francia supuso un cambio. Para ellas y muchas otras mujeres, fue todo un punto de inflexión; un momento que pudo generar (y, de alguna forma, ya ha generado) una reacción en cadena en el crecimiento del fútbol femenino. Más de mil millones de personas, una cifra récord, vieron los partidos. Y el tirón todavía continúa.
En los meses siguientes al torneo, la asistencia aumentó en las ligas profesionales femeninas e incluso alcanzó niveles récord en un buen número de partidos de clubes femeninos y selecciones. Uno de esos partidos tuvo lugar en São Paulo el 16 de noviembre de 2019, cuando el Corinthians acogió a 28.609 personas en el estadio masculino por primera vez para un partido de fútbol femenino. Y en las gradas estaban Sofia, Gabi y Nicoly formando parte de un público que hasta entonces se había reservado para las categorías masculinas.
25.218
11 de agosto
Portland Thorns vs. North Carolina Courage
Providence Park, Portland (EE. UU.)
49.504
29 de agosto
EE. UU vs. Portugal
Lincoln Financial Field, Filadelfia (EE. UU.)
77.768
9 de noviembre
Inglaterra vs. Alemania
Wembley, Londres
20.029
9 de noviembre
Australia vs. Chile
Bankwest Stadium, Sídney
30.661
9 de noviembre
Lyon vs. París Saint-Germain
Groupama Stadium, Lyon
38.262
17 de noviembre
Tottenham vs. Arsenal
Tottenham Hotspur Stadium, Londres
25.218
11 de agosto
Portland Thorns vs. North Carolina Courage
Providence Park, Portland (EE. UU.)
49.504
29 de agosto
EE. UU vs. Portugal
Lincoln Financial Field, Filadelfia (EE. UU.)
77.768
9 de noviembre
Inglaterra vs. Alemania
Wembley, Londres
20.029
9 de noviembre
Australia vs. Chile
Bankwest Stadium, Sídney
30.661
9 de noviembre
Lyon vs. París Saint-Germain
Groupama Stadium, Lyon
38.262
17 de noviembre
Tottenham vs. Arsenal
Tottenham Hotspur Stadium, Londres
¿Y en qué se traduce todo esto para Sofia y sus compañeras? Para empezar, en aceptación.
"Sirvió para que todo el mundo tuviera visibilidad y se diera cuenta de que las mujeres pueden jugar al fútbol al mismo nivel que los hombres", explica Nicoly, portera del Pelado Real, de 12 años.
Evidentemente, queda mucho trabajo por hacer en cuanto a accesibilidad y financiación para que el deporte femenino siga creciendo. Sin embargo, la visibilidad es una herramienta muy poderosa que ya ha empezado a cambiar la visión que se tiene del fútbol femenino.
El cambio empieza en casa
Sofía y sus compañeras, Gabi y Nicoly, son muy conscientes de los desafíos a los que se enfrentan las chicas para ver el fútbol y practicarlo. Lo han vivido en primera persona, cuando iban a los parques y solo había hombres y chicos en el campo, o al ser blanco de miradas extrañas y preguntas como: "¿Es que eres un chico?". Con el tiempo, las chicas se unieron al Pelado Real, el único club privado solo para chicas de São Paulo.
En Brasil, es la mentalidad de los padres la que necesita un cambio más importante, afirma Júlia Vergueiro, fundadora del Pelado Real. Las familias a menudo pueden ser el mayor obstáculo para que las hijas accedan al deporte. "Hay una larga tradición de regalar balones a los niños y muñecas a las niñas. Solo el hecho de retransmitir el fútbol femenino está cambiando la mentalidad", afirma.
"Antes, si los padres pensaban que sus hijas querían jugar al fútbol, no se lo querían decir a nadie", añade Júlia. "Ahora la gente en el trabajo comenta: '¿Has visto el gol de Andressa? ¿Has visto ese pase?', y ellos pueden decir: '¡Pues mi hija también juega al fútbol y quiere ser como ella!'. Y pasa a ser algo de lo que se sienten orgullosos".
Júlia empezó en el Pelado Real mientras trabajaba en la banca. En 2013, el club pasó a ser su trabajo a tiempo completo (a pesar de la preocupación de sus padres, que no consideraban el fútbol femenino como algo estable o que pudiera dar dinero). Al ver a jugadoras profesionales en la televisión, las niñas a las que entrena pueden soñar con jugar en el equipo de Brasil o incluso en grandes equipos internacionales. Ahora, hay incluso más niñas dispuestas a alcanzar ese sueño. Júlia comenta que en los meses siguientes al torneo del verano pasado se duplicaron las inscripciones en los clubes femeninos. Dentro de poco, de hecho, el Pelado Real se expandirá a otras ubicaciones de São Paulo.
"Yo veo un cambio muy claro si comparo quiénes eran mis ídolos cuando era pequeña con las estrellas de hoy", nos dice Júlia. "Si alguien me hubiera preguntado en aquella época quiénes eran mis jugadores favoritos, yo hubiera respondido sin ninguna duda con nombres masculinos. Si preguntas hoy a cualquiera de mis niñas del Pelado Real, te dirán que Andressa Alves o Adriana".
El futuro del fútbol
Jugadoras como Andressa o Adriana saben lo difícil que es el mundo del fútbol femenino y, por ello, utilizan su influencia para que las cosas cambien. Gracias a ellas, desde el verano pasado tanto Brasil como otros países y regiones están haciéndose eco de la situación y siendo testigos de un cambio real. Ambas jugadoras comparten un doble deber en la selección brasileña y en sus respectivos clubes: la AS Roma (cuya sección femenina solo existe desde hace dos temporadas) y el Corinthians.
"Creo que gracias a mi historia las niñas brasileñas pueden soñar con jugar en equipos europeos", explica Andrea, la primera brasileña en fichar por el FC Barcelona. "Mi objetivo es dejar huella en cada club del que formo parte para abrirles las puertas a otras niñas".
¿Y cómo podemos hacer que continúe esta reacción en cadena? Para Andrea, debemos seguir viendo y apoyando el fútbol femenino.
"Es evidente que el fútbol femenino es muy diferente al masculino, pero no por ello es menos atractivo o menos interesante", comenta. "Mucha gente, sobre todo en Brasil, no sabe nada de fútbol femenino y solo se dedica a juzgar. Paremos de criticar tanto y empecemos a verlo".
Gabi, Nicoly y Sofia están listas para tomar el relevo.
"La gente ya vio a las profesionales jugando. Ahora también nos verán a nosotras y se darán cuenta de que el fútbol femenino tiene mucho futuro por delante".
"Y nosotras somos el futuro. Estamos luchando por serlo", añade Sofia.
Se informó de esta historia en noviembre de 2019.