Qué comer para dar lo mejor de ti
Entrenamiento
Por Nike Training
Prueba este sencillo método que se adapta a la perfección a tus gustos alimentarios.
Cuando pensamos en comer sano, nos vienen a la mente dietas con normas estrictas, del tipo "no comas esto" y "come esto otro". Normalmente, se centran en los macronutrientes (las cantidades de grasas y proteínas en relación con los carbohidratos) o en grupos específicos de alimentos (por ejemplo, tomar más verduras y evitar los cereales).
Lo cierto es que las dietas restrictivas no tienen por qué funcionar mal, pero son generalistas y no se centran en la persona en concreto, según Brian St. Pierre, entrenador en Precision Nutrition (empresa que elabora programas de bienestar para atletas de élite y aficionados). "Las dietas con normas no funcionan para todo el mundo", explica St. Pierre. Él y los expertos de Precision Nutrition defienden un enfoque más personalizado, el sistema por colores.
El rojo representa alimentos que hay que pensarse dos veces antes de tomar. Puede ser comida considerada como "un exceso", o que después sienta mal, ya sea física o psicológicamente. El amarillo indica alimentos que solo puedes comer en contextos específicos, como celebraciones o vacaciones. El verde da vía libre: son alimentos ideales cuando y donde quieras, porque siempre van a resultarte beneficiosos.
"Las indicaciones por colores varían en función de la persona", explica Krista Scott-Dixon, directora de programa en Precision Nutrition y educadora nutricional con 20 años de experiencia. "Por ejemplo, yo tengo helado en el congelador, lleva ahí seis meses y no se me antoja. Pero puede haber alguien a quien se le antoje tanto que no se pueda controlar. En ese caso, tenerlo en casa significa que lo engullirá en cinco minutos, y seguramente se sienta culpable después. Para esa persona, el helado se corresponde con el color rojo".
El propósito es mejorar poco a poco tu dieta: más verdes y menos rojos y amarillos.
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Para empezar a detectar cuáles son tus alimentos rojos, amarillos y verdes, dedica unos minutos a pensar en cuáles comes más a menudo, cuáles son tus básicos para desayunar, comer y cenar, y qué comes de manera más esporádica. El objetivo es muy sencillo: comer más de aquello que te sienta bien y menos de lo que no. No hay una cantidad fija o ideal de alimentos para cada color. El propósito es mejorar poco a poco tu dieta: más verdes y menos rojos y amarillos.
Si te gustan las galletas y las patatas fritas, pero sabes de sobra que para ti son un rojo, no te preocupes, nadie espera que pares de tomarlas por completo. "Solo consideramos las dietas totalmente exentas de indicadores rojos para personas que trabajan con su imagen o su rendimiento físico", cuenta St. Pierre. "El resto no tenemos por qué evitar totalmente estos alimentos para sentirnos sanos, fuertes y en forma".
St. Pierre y Scott-Dixon han usado el método del rojo, amarillo y verde con cientos de clientes de Precision Nutrition y han descubierto lo beneficioso que puede llegar a ser. En primer lugar, te da el poder: tú decides qué alimentos van en cada categoría, sin que nadie te diga lo que no puedes comer o que debes tomar otra cosa por salud. "Este método permite que te descubras y te conozcas mejor: ¿cuáles son tus necesidades nutricionales y qué te funciona?", dice St. Pierre. Aunque en el fondo lo sepamos, casi nunca nos paramos a pensar en qué alimentos nos ayudan a dar lo mejor de nosotros. "Este sistema se aleja de las fórmulas mágicas abstractas o los superalimentos y se centra en la realidad del día a día", explica Scott-Dixon.
Lo que mucha gente olvida es que la mayoría de recomendaciones nutricionales se basan en promedios de investigaciones, es decir, en la respuesta media de una persona promedio. Por eso, aunque sepamos que los cereales integrales pueden ser beneficiosos para nuestra salud, hay que tener en cuenta que para los celíacos esto no es así, porque la masa fermentada les puede causar una reacción horrorosa. Si tienes problemas con algún tipo de alimento, ya sean cereales, verduras crucíferas o frutos secos, y ves que se incluyen en la lista de "alimentos recomendados" de una dieta, este enfoque puede hacer que la rechaces por completo, según explica St. Pierre.
"Hay que ser conscientes de que la manera de clasificar los alimentos cambiará conforme evolucionemos y adoptemos hábitos más saludables".
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"Hay que ser conscientes de que la manera de clasificar los alimentos cambiará conforme evolucionemos y adoptemos hábitos más saludables". Esta es otra de las formas en que el sistema por colores permite una flexibilidad y personalización que una lista de reglas no puede ofrecer.
La clave de todo es tomar consciencia. No importa qué color le hayas asignado a ese alimento, lo primero que tienes que hacer es pararte a pensar y preguntarte "¿por qué estoy comiendo esto?". Hacerte esta pregunta te ayudará en situaciones en las que solo haya alimentos rojos para ti. "Puedes seguir disfrutando de esas opciones", nos cuenta. Pero lo importante es que te digas: "Estoy decidiendo de forma consciente que voy a comer patatas y galletas, pero voy a saborearlas lentamente, disfrutarlas y parar cuando no tenga más hambre".
Esto es lo que hace que el sistema por colores sea tan práctico. No hay una lista de alimentos "prohibidos" ni tampoco se demonizan ciertos tipos de alimentos, lo que, según St. Pierre y Scott-Dixon, hace que instantáneamente tengas más ganas de comerlos. En vez de eso, eres tú quien está al mando y puedes celebrar cada pequeña decisión bien tomada.
Conviértelo en un hábito: Acostúmbrate a comer más alimentos de la categoría verde asociando ese comportamiento a un hábito que ya tengas asimilado, como el de tomar un snack a media tarde. Así, cuando vayas a por él, pensarás en el color que asignas. Cada vez que te pares a plantearte esa pregunta, asegúrate de celebrar tu éxito. Esto te ayudará a convertirlo en una rutina.