Usa la incertidumbre a tu favor
Coaching
No puedes evitar la incertidumbre, pero las dudas no tienen por qué impedirte avanzar.
- No tenemos el poder de saber cómo será el futuro (obvio), pero podemos transformar esa incertidumbre en algo que nos haga crecer.
- Esta no es la primera vez que tienes dudas. Acuérdate de todas las veces que has salido adelante en el pasado.
- Afrontar el panorama general e indeterminado es difícil. En cambio, dividir los pasos de tu objetivo y abordarlos poco a poco no lo es.
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Nadie puede predecir el futuro, ni siquiera ese médium que de alguna forma acertó que adoptarías un perro. Como ya sabes, la vida es poco predecible. Te guste o no, esa incertidumbre te hará dudar: ¿Me aceptarán en la universidad? ¿Seré capaz de completar la maratón? ¿Me contratarán? Todo lo que no sea el momento presente está aún por definir. La incertidumbre es inevitable.
Por eso, familiarizarte con ella te ayudará a aplacar la ansiedad y puede ser el impulso que necesitas para lograr objetivos que crees que están lejos de tu alcance. "Lo único seguro de este mundo son los cambios. Cuanto menos tardemos en aceptarlo, antes empezaremos a verlos como algo emocionante. Como si fueran un impulso de energía", afirma Mollie Eliasof, psicoterapeuta y trabajadora social de Nueva York.
Por qué nos frena la incertidumbre
Es natural que nos asalten las dudas cuando no sabemos qué nos espera. Robin Buckley, coach en Nuevo Hampshire (Estados Unidos), nos explica que, para nuestros ancestros, la incertidumbre era sinónimo de peligro y era algo que convenía evitar a toda costa. Y es que, si la cueva está demasiado oscura para ver si al fondo hay un tigre hambriento, no entramos.
Llevamos tan dentro nuestro instinto de evitar lo desconocido que a veces preferimos sufrir con lo malo conocido que aventurarnos con lo bueno por conocer. Un ejemplo: en un estudio británico, un grupo de personas se estresó menos cuando sabía con seguridad que iba a recibir una descarga eléctrica que cuando la probabilidad de recibirla era de un 50 %.
Por qué hay que reconciliarse con la incertidumbre
Obviamente, hay ocasiones en las que quedarte con lo bueno conocido es lo más inteligente. Nadie va a decirte que es mejor volver a casa bien entrada la noche por un callejón oscuro y solitario en vez de por tu iluminadísimo camino de siempre. "Tenemos la capacidad de explorar, pero aun así nos estancamos en hábitos y patrones con los que, aunque sean buenos, no crecemos ni damos rienda suelta a nuestra imaginación", explica Buckley.
Aprender a mantener la calma en los momentos difíciles "nos lleva a conocer personas y cosas que probablemente no hubiéramos conocido de haber seguido en modo piloto automático", afirma Buckley. Esa incertidumbre puede darte motivación para lograr resultados positivos, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Chicago. La teoría es que asumir riesgos puede resultar emocionante, y eso es pura motivación (justo lo que necesitas avanzar de forma imparable).
Hay un lado todavía más positivo: cuanto más practiques el aceptar lo desconocido, más fácil te irá resultando. "Enfrentarnos a situaciones impredecibles o difíciles nos ayuda a recalibrar nuestro sistema natural de alarma y a acercarnos a más oportunidades en el futuro", nos explica Michael Ambrose, psicólogo de Nueva York. En resumen, podemos desarrollar nuestra valentía y nuestra seguridad con la práctica.
Aunque la incertidumbre pueda descolocarnos por completo, en realidad podemos con ella. En un estudio de la Universidad de Yale realizado con monos se ha descubierto que los escenarios impredecibles desencadenan un incremento de actividad en el córtex prefrontal, la zona del cerebro responsable de gestionar las reacciones emocionales. Se cree que ese mismo mecanismo puede ayudar al cerebro humano a centrarse en la información más importante en los momentos difíciles con el fin de tomar la mejor decisión.
Domina la aceptación
Si confiar en que lo desconocido puede traer algo bueno (o en que, si no pasa eso exactamente, tampoco será el fin del mundo) te parece más fácil de decir que de poner en práctica, es porque es así. Pero prepararte para esos "por si acaso" también es perfectamente posible. Te damos las claves.
1. No te limites a las opciones A y B.
La ansiedad de no saber puede aumentar si nos enfrascamos en mantener una mentalidad monolítica, según nos explica Eliasof. Supón que deja de gustarte tu trabajo, pero te agrada la posibilidad que te ofrece de trabajar desde casa. Cuando empiezas a considerar opciones, te ves en la obligación de elegir una de dos: a) hacer el trabajo aunque no te guste; o b) estresarte por el hecho de buscar un nuevo trabajo que también puedas hacer desde casa.
La cuestión es que hay otras opciones, esas no son las únicas. "Puedes dividir esa A y esa B en múltiples categorías", avisa Eliasof. "Así tienes más posibilidades y más sensación de control". Quedarte con tu trabajo actual podría suponer centrarte en tareas con las que realizarte más o fortalecer el vínculo que tienes con tu equipo para progresar más. Decidirte por buscar un nuevo trabajo quizás implique tener que aprender cosas nuevas y completar tu perfil antes de presentar tus candidaturas. Y eso da más ilusión que miedo, ¿no crees?
2. Repasa tu propia historia personal.
En lugar de dudar sobre tu capacidad de gestionar situaciones nuevas, piensa en cómo has lidiado con experiencias difíciles, como tu forma de adaptarte durante la pandemia. "Quizá seas una persona resolutiva y optimista, así que refuérzate con esas fortalezas", dice Buckley. "Sabes qué técnicas te han funcionado bien antes y, por lo tanto, te pueden ir bien de nuevo".
Tener localizados esos rasgos que te han ayudado a superar situaciones difíciles es más eficaz que limitarte a repetir "yo puedo". Cuando haces lo primero, le das al cerebro una evidencia palpable de que ya tienes todo lo que necesitas. Eres consciente de que, aunque te adentres en lo desconocido, sabes con seguridad que ya has estado ahí, has lidiado con sensaciones similares y puedes volver a triunfar.
3. Paso a paso.
Puedes empezar a notar el peso de la incertidumbre cuando debes enfrentarte a una gran tarea y no tienes ni idea de cómo concluirla. Cuando pasa eso, trázate un plan de acción de minitareas y ponle fecha a la más inminente, como recomienda Eliasof. "Sentirás esa realización según vayas completando cada tarea y eso te dará más sensación de control y certidumbre", nos cuenta. Además, tener esa ayuda visual puede ayudarte a mantener los pies en el suelo si en algún momento entras en bucle.
4. Sé amable contigo.
Si un niño te dice que está preocupado por algo, ¿cómo reaccionarías? Probablemente no le llenarías la cabeza de posibles escenarios nefastos ni te pondrías a darle vueltas al miedo que dan muchas cosas. Pues aplícate el cuento y trátate con el mismo cariño. Habla de lo que te preocupe con alguna persona con quien tengas confianza. Piensa en los resultados positivos potenciales. O date permiso para hacer algo que te saque mentalmente de esa situación durante un ratito, como echar unas canastas o ver vídeos graciosos en TikTok. "La clave no es desoír lo que sientes diciéndote que todo va a salir bien, sino apaciguar y gestionar correctamente el miedo", nos cuenta Eliasof. Si lo haces así, no solo disfrutarás de más calma, sino también de más claridad para empezar a trabajar en una solución con más facilidad.
5. Céntrate en el momento presente.
Preocuparte en exceso por el futuro se traduce en trabajo extra para el cerebro antes de tiempo. Céntrate en el presente, donde ninguna de esas posibilidades negativas ha ocurrido todavía. Para practicar cómo vivir el momento, a Buckley le gusta escribir una lista cada noche con tres cosas que le han dado alegría durante el día. "De esa forma, te pones a buscar inconscientemente esas cosas examinando todo lo que ha ocurrido en el día. Puede ser algo sencillo, como haber visto una mariquita preciosa en la ventana o que tu perro te haya despertado con un montón de mimitos por la mañana", dice. "Eso fortalece tu capacidad de mantenerte en el momento y controlar los pensamientos; algo que, al final, puede servirte para controlar las emociones". Aunque no sepas a ciencia cierta si vas a conseguir el trabajo de tus sueños o a hacer tu mejor carrera, en tus manos está decidir si vas a dejarte arrastrar por las dudas o a usar la incertidumbre para seguir avanzado.
Texto: Marygrace Taylor
Ilustración: Davide Bonazzi
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