¿Por qué hacen ruido las articulaciones y qué significa?
Salud y bienestar
Clec, crac, pop: estos ruidos pueden parecer alarmantes, pero, cuando se trata de las articulaciones, son normales.
¿Te ha crujido alguna vez la espalda o el hombro? Seguramente te hayas preguntado por qué. A lo largo del día, la mayoría de articulaciones trabajan sin hacer ni un ruido. Entonces, ¿cómo es que a veces crujen?
Ante todo, es normal que las articulaciones crujan. Los médicos explican que no es nada de lo que alarmarse, a menos que, junto con los ruidos, aparezca otro problema. Pero ¿de dónde salen estos chasquidos y cuándo deberías preocuparte?
A continuación, varios expertos te explican todo lo que necesitas saber.
¿A qué se debe que las articulaciones crujan?
Las articulaciones en sí no son las que hacen ruido. El sonido distintivo que oyes se produce cuando se mueven.
Algunos pacientes de Matthew Axtman, médico osteópata y especialista en medicina deportiva de Corewell Health West, en Grand Rapids (Míchigan, EE. UU.), describen este característico sonido como un crujido.
Sin embargo, aunque nos llame la atención, es inofensivo. De acuerdo con Alexa Rohach, doctora en Fisioterapia en la clínica Performance Therapy de Providence Saint John's Health Center, en Santa Mónica (California, EE. UU.), los crujidos articulares, aunque causen cierta alarma, son muy comunes. Afirma que los crujidos son una parte natural en la existencia de toda articulación.
Además, añade que suelen producirse por causas como la rigidez, la tensión muscular o la fricción articular. Y aunque los ruidos sean intensos y, a veces, inesperados, no implican que algo vaya mal.
¿Por qué crujen las articulaciones? ¿De dónde salen esos chasquidos?
Tal como indica Nicholas Anastasio, experto en Ortopedia y Artroplastia del Mercy Medical Center en Baltimore (Maryland, EE. UU.), las articulaciones suelen crujir por una acumulación de aire. Según explica, ocurre cuando las burbujas de nitrógeno dentro del líquido de las articulaciones se comprimen.
Cuando notamos rígidas las articulaciones, por lo general, significa que se han formado pequeñas burbujas o bolsas de gas dentro del líquido sinovial, el líquido que recubre las articulaciones y permite que se muevan con suavidad. Como es de esperar, esto aumenta la presión dentro de la articulación y, cuando estamos a punto de completar el movimiento, las burbujas estallan y se reabsorben dentro del líquido sinovial.
Michael Gerhardt, especialista en medicina deportiva y cirujano ortopédico del Cedars-Sinai Kerlan-Jobe Institute, en Los Ángeles, explica que el chasquido en sí lo producen las burbujas de gas al estallar.
De acuerdo con Anastasio, los chasquidos (conocidos como crepitaciones) pueden suceder cuando el cartílago ha sufrido cierto desgaste. (El cartílago, en caso de que no lo sepas, es el tejido conectivo que protege las articulaciones y los huesos. El cartílago de algunas articulaciones pierde espesor con el tiempo).
Axtman comenta que sus pacientes suelen quejarse por estos chasquidos, pero él siempre les recuerda que, por lo general, son inofensivos. Según explica, la mayoría de las veces los crujidos no duelen. Es más una sensación o un sonido que se produce al mover la articulación.
¿Qué articulaciones son más propensas a hacer ruidos?
Axtman recuerda que, técnicamente, todas las articulaciones pueden crujir. Sus pacientes, según comenta, suelen experimentarlos en hombros, caderas, rodillas, espalda y tobillos, por nombrar unos pocos lugares, pero las articulaciones que más dan que hablar son las rodillas. Los ruidos que describen sus pacientes son más frecuentes al hacer sentadillas o subir y bajar escaleras.
De acuerdo con Rohach, las articulaciones sinoviales (entre las que están las caderas, las rodillas, los codos y los hombros) suelen ser las más propensas a chasquear. (El cartílago de estas articulaciones es el más susceptible a desgastarse con el tiempo). El estallido de las burbujas de gas que produce el sonido ocurre normalmente un poco antes de completar el movimiento articular, cuando la presión es máxima. Después del chasquido, la mayoría de las personas notan una mayor movilidad y liberación.
¿Hay alguna forma de prevenir estos crujidos?
Recordemos que los crujidos articulares no son necesariamente malos. Es normal que ocurran. Si aun así prefieres evitarlos, hay un par de trucos para reducir la frecuencia con la que se producen.
Como explica Rohach, los chasquidos suelen ser el resultado de rigidez y tensión acumulada en la articulación. Por lo tanto, para que no se produzcan, la flexibilidad y la fuerza son la clave.
Lo que recomienda es combinar una serie de estiramientos estáticos y dinámicos para mantener la movilidad muscular y articular, y prevenir así la aparición de restricciones articulares. Los estiramientos estáticos consisten en estirar los músculos manteniendo la posición durante varios segundos. Por otro lado, los estiramientos dinámicos son movimientos repetidos que estiran los músculos para alcanzar una mayor amplitud de movimiento.
Para Axtman, es importante pensar en la causa de estos crujidos. Puede que sean normales, pero si una misma articulación cruje con frecuencia, podría indicar un desequilibrio muscular. Para asegurarte, tendrás que acudir a tu médico de cabecera.
Si el sonido lo provoca un desequilibrio muscular, la fisioterapia puede ayudar a que los músculos se coordinen correctamente y prevenir o reducir la cantidad de veces que crujen las articulaciones. Sin embargo, señala que, en algunos casos, los ruidos ni siquiera desaparecen al hacer terapia.
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Cuándo ir al médico
Los expertos coinciden en que los ruidos articulares no son motivo de alarma, salvo por una excepción.
Anastasio explica que los crujidos no son preocupantes siempre que no haya dolor. Los chasquidos sin dolor son inofensivos. No dañan la articulación ni provocan otros problemas. Pero si las articulaciones duelen con cada chasquido, es importante que lo revise un médico.
Axtman opina lo mismo. De hecho, suele tranquilizar a sus pacientes diciéndoles que los crujidos no causan ningún daño. En la mayoría de casos, pueden ignorarse. Sin embargo, acudir al médico para asegurarse de que son inofensivos y no necesitan tratamiento siempre es una buena idea,
y mucho más si sientes dolor, ya que puede ser indicativo de que hay daños en la articulación o su tejido circundante.
En resumen, si tus articulaciones crujen de vez en cuando y no notas molestias, no hay nada de lo que debas preocuparte. En cambio, si te sucede con frecuencia, coméntaselo a tu médico o especialista la próxima vez que los veas. Si los sonidos se acompañan de dolor, lo mejor es que pidas cita para revisarlo, cuanto antes mejor.
Texto: Korin Miller