Nunca pares de hacer historia

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Un sábado por la noche de 1978, las Tigerbelles batieron el récord mundial en la carrera de relevos de 4 x 200 m, un momento histórico para el equipo y el primer récord mundial de Nike. Sin embargo, eso es solo una pequeña parte del gran legado de estas corredoras de atletismo. De una época de rendimiento excepcional, para un futuro más inclusivo.

Última actualización: 22 de octubre de 2022
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Nunca pares de hacer historia

Una noche de febrero de 1978, el equipo de relevos femeninos de la Universidad Estatal de Tennessee (HBCU), conocido como las Tigerbelles, batió el récord mundial de 4 x 200 m en pista cubierta con un tiempo de 1:38,5. Esta carrera, completada por un equipo formado exclusivamente por mujeres negras y compuesto por Deborah Jones, Brenda Morehead, Chandra Cheeseborough y Ernestine Davis, supuso el primer récord mundial alcanzado por un equipo patrocinado por Nike, tanto a nivel universitario como profesional.

Para una pequeña universidad históricamente negra y con escasos fondos, el récord mundial fue todo un triunfo. Para las Tigerbelles, sin embargo, fue solo una muestra de un valioso legado, que incluye no solo su dominio en el atletismo en la época anterior al Título IX, sino también el activismo en nombre del movimiento por los derechos civiles y de las atletas de todo el mundo.

Nunca pares de hacer historia

El equipo de relevos que consiguió el récord mundial, extraído del anuario de 1978 de la TSU

Un legado con historia

La ex-Tigerbelle Martha Watson declaró para The Guardian en el 2021 que, probablemente, las Tigerbelles sean una de las cosas más especiales que han sucedido en el deporte y entre las mujeres negras. Watson compitió con las Tigerbelles a finales de los años 60 y llegó a los Juegos Olímpicos en cuatro ocasiones consecutivas antes de formar parte del Salón de la Fama del Atletismo Nacional en 1987.

Las Tigerbelles nacieron formalmente gracias a la asociación entre Mae Faggs Starr, conocida como "la madre de las Tigerbelles", y el entrenador Ed Temple a principios de la década de 1950.

A los 20 años, Faggs Starr ganó la carrera de relevos de 4 x 100 m a nivel mundial. Inmediatamente después, Temple la reclutó para su recién estrenado programa de atletismo en la Universidad Estatal de Tennessee, a pesar de que las becas de atletismo para mujeres eran prácticamente inexistentes antes del Título IX. En la TSU, a Faggs Starr se le unió la joven nativa de Tennessee e icono del atletismo Wilma Rudolph, que en 1960 se convirtió en la primera mujer en ganar tres medallas de oro en unos Juegos Olímpicos.

Gracias a mujeres como Faggs Starr y Rudolph, el estado de Tennessee forjó una dinastía atlética.

"La gente pensaba que Flo-Jo fue la primera en maquillarse, cuando en realidad fuimos nosotras".

Chandra Cheeseborough

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"Puedes correr a toda pastilla, pero irás hecha un cuadro" - Ed Temple

Sin embargo, el rendimiento era solo uno de los aspectos del programa de las Tigerbelles. El objetivo de Temple era conseguir que sus alumnas progresaran a través del atletismo y la educación, un punto de partida que llevaría directamente a un cambio social más amplio dentro de la órbita de las Tigerbelles. Durante su estancia en el U.S. Track and Field, Temple entrenó a 40 mujeres olímpicas, y todas ellas obtuvieron títulos universitarios.

La ex-Tigerbelle Chandra Cheeseborough comentó en el podcast Trained de Nike que Ed Temple fue una figura emblemática del atletismo para ella y que le abrió las puertas al atletismo femenino. Además, añadió que era una figura paterna para ella y que tenía un gran carácter.

Cheeseborough comentó que lo que aprendió del entrenador Temple fue la educación. La exjugadora explica que Temple siempre decía que el atletismo te abre las puertas, pero que la educación te las mantiene abiertas. Cheeseborough acabó asumiendo el puesto de primera entrenadora en la TSU en 1994 y, más tarde, ascendió a directora de atletismo femenino y masculino, cargo que ocupa en la actualidad.

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Chandra Cheeseborough y Brenda Moorehead aparecieron en el boletín de noticias interno de Nike sobre atletismo tras quedar primera y segunda en la carrera de 55 metros en 1979.

Tigerbelles por el cambio

Esta educación generó activismo, ya que las Tigerbelles alcanzaron la mayoría de edad durante la época de las leyes Jim Crow en el sur de EE. UU.. Experimentaron directamente, y a menudo, la singularidad de los prejuicios estadounidenses. En una ocasión, un conductor de autobús se negó a llevarlas a una importante prueba de clasificación en Abilene, Texas. En otra ocasión, la falta de establecimientos que sirvieran a los negros en la ruta entre Nueva York y Tennessee hizo que tuvieran que conducir durante 22 horas seguidas hasta el Madison Square Garden.

A pesar de las injusticias a las que tuvieron que enfrentarse las Tigerbelles durante su trayectoria, fueron constantes y se impusieron en todos los encuentros.

No se trata solo de que las Tigerbelles superaran a la competencia, sino de cómo lo hicieron. Gracias a sus coloridos calentamientos, sus zapatillas con clavos de última generación y sus cuidados maquillajes y peinados, las Tigerbelles transmitían una presencia visual inolvidable en cualquier lugar en el que compitieran.

"La gente pensaba que Flo-Jo fue la primera en maquillarse, cuando en realidad fuimos nosotras".

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"Llamábamos mucho la atención", comentó Ernestine Davis. "Éramos mujeres que llegábamos vestidas de los pies a la cabeza, con nuestra bolsa de Nike colgada del brazo, y la gente se quedaba mirando y pensaba: ¡Guau!".

La importancia de la estética para las Tigerbelles tenía un importante precedente histórico. En los Juegos de Tokio de 1964, Wyomia Tyus ganó el oro en los 100 metros lisos. En 1968, volvió a hacerlo, convirtiéndose en la primera atleta, hombre o mujer, en repetir su título en la carrera más famosa del mundo. Sin embargo, su victoria en la carrera se acabó convirtiendo en una nota a pie de página frente a la sutil protesta que protagonizó ese día, al cambiar los pantalones blancos obligatorios del equipo por unos oscuros de color azul marino, un hecho que relacionó el legado y la estética de las Tigerbelles directamente con la acción política.

"No lo hice por ningún tipo de fama ni nada", declaró Tyus a The Guardian en 2021. "Fue solo una cuestión personal, como ser humano, por mis sentimientos, por lo que pensaba sobre lo que estaba ocurriendo en el mundo y por cómo se trataba a las mujeres, especialmente a las mujeres negras".

Wyomia Tyus y Edith McGuire Duvall llegaron al campus de la TSU el 28 de octubre de 1964

Dos días después de que Tyus ganara los 100 m, John Carlos y Tommie Smith levantaron el puño con un guante negro en el podio en su famosa manifestación por los derechos humanos. Aunque Tyus negó haber influido en su protesta, cuando ganó el oro en la carrera de relevos de 4 x 100 m unos días después, dedicó su medalla a Smith y Carlos como gesto de solidaridad.

Estas experiencias internacionales fueron reveladoras para las Tigerbelles. "Los Juegos Olímpicos me abrieron al mundo real", comentó la atleta Willye White. "Antes de mis primeros Juegos Olímpicos, creía que el mundo entero se reducía a la quema de cruces y a los linchamientos. Después de 1956, descubrí que había dos mundos: Misisipi y el resto del mundo".

Un futuro brillante

La tradición atlética de las Tigerbelles llegaría a la era del Título IX, pero todavía muy pocos conocen su impacto. Estas mujeres redefinieron el mundo del atletismo y siguen sumando campeonatos universitarios y enviando atletas a carreras internacionales. Ocho Tigerbelles son miembros del Salón de la Fama del Atletismo Nacional: Mae Faggs Starr, Wilma Rudolph, Wyomia Tyus, Chandra Cheeseborough, Edith McGuire Duvall, Willye White, Madeline Manning Mims y Martha Watson.

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De derecha a izquierda: Mae Faggs Starr, Chandra Cheeseborough, Edit McGuire, Kathy McMillan, Helen Blake, Brenda Moorehead, Wilma Rudolph y Cynthia Thompson

Para celebrar la historia compartida de Nike con las Tigerbelles, hemos encargado una instalación a gran escala que conmemora a las Tigerbelles y que se expondrá en el Museo Estadounidense de los Derechos Civiles de Memphis (Tennessee, EE. UU.). La obra se compone de distintas zapatillas con clavos de atletismo que recrean la icónica fotografía de las Tigerbelles cruzando la línea de meta durante los Campeonatos Nacionales de Atletismo de la AAU en junio de 1978. Tanto el tamaño como el material resistente se eligieron específicamente para hacer visible su legado eternamente.

"Al echar la vista atrás y ver a la gente pensar: ‘esto es lo que puedo hacer y así es como lo voy a hacer’, y ver ese efecto dominó; me veo como una descendiente de ese trabajo y esa labor".

Anna Cockrell, corredora de vallas olímpica y activista

Nike ha promovido un homenaje a las Tigerbelles que se expondrá en el Museo Estadounidense de los Derechos Civiles de Memphis (Tennessee, EE. UU.)

La corredora de vallas olímpica y activista Anna Cockrell afirma que su generación se beneficia directamente de este valioso legado. "La forma en la que aprovecharon su papel en el atletismo y como representantes de Estados Unidos en el extranjero, y que después siguieran acercándose a las comunidades de las que procedían, me resulta realmente conmovedor", comenta. "Echar la vista atrás y ver a la gente que piensa: ‘esto es lo que puedo hacer y así es como lo voy a hacer’, y ver ese efecto dominó; me veo como una descendiente de ese trabajo y esa labor".

Ahora que Nike echa la vista atrás al cumplir sus primeros 50 años, decidimos que la historia de las Tigerbelles merecía un lugar destacado no solo en nuestra historia compartida, sino también en la línea temporal del deporte estadounidense.

"Tenías una forma de caminar diferente porque sabías que procedías de este legado de grandes mujeres y no solo de Wilma Rudolph. Ellas son las que allanaron el camino. Y nosotras las que nos pusimos en marcha", comentó Davis.

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Publicación original: 20 de octubre de 2022