Mekdela Maskal se redescubre a sí misma y reconecta con su historia en las colinas de California
Cultura
Esta periodista especializada en el clima dejó su apartamento de Brooklyn (Nueva York, EE. UU.) en busca de espacio y de reencontrarse a sí misma en el norte de California, mientras reconecta con su cultura y su infancia.
Mis raíces es una serie de relatos de personas de la diáspora negra y africana que preservan y honran de forma única su cultura y sus raíces a través de sus identidades y estilos de vida polifacéticos.
Mekdela Maskal considera que su vuelta a Grass Valley, en el norte de California, es también una especie de regreso a su propio cuerpo. El verano pasado, esta artista interdisciplinar y editora dejó su apartamento de Brooklyn para llevar un ritmo de vida más tranquilo.
Esta mudanza también la llevó de vuelta a su infancia. Hace 20 años, su padre compró un terreno en Grass Valley, al pie de las montañas de Sierra Nevada, para construir una casa: un homenaje a su Etiopía natal y a la vida en sintonía con la naturaleza. En un acto de conservación de esos valores a través de generaciones y continentes, Mekdela y sus hermanos pasaban los fines de semana y los veranos con su padre disfrutando del aire libre, esquiando, practicando tiro con arco, trepando a los árboles y recorriendo arroyos.
“De verdad, siento que estoy donde debo estar en este momento. En este espacio estoy encontrando más propósito que nunca fuera del trabajo”.
En la actualidad, desde su tranquilo hogar, Mekdela trabaja como creadora de contenidos enfocados al activismo por el cambio climático. Aunque su trabajo se centra en el medio ambiente, es consciente de que debe reconstruir y mantener su propia relación con la tierra. También es consciente de la fuerza mental y física que le proporciona la tierra, así como del deber que tiene de cultivarla.
A través de sentidas reflexiones con fotografías de June Ferreira Canedo de Souza, Mekdela cuenta cómo está redescubriendo su conexión con la naturaleza en Grass Valley. También expresa el anhelo que sintió por esa tierra mientras vivía en Nueva York; algo que finalmente la haría volver para fortalecer su vínculo con su ascendencia etíope.
Cambiar el dinamismo de la ciudad por la serenidad
"Definitivamente, quería más tranquilidad. En un sentido literal, pero también en uno más amplio; para calmar los nervios que sentía constantemente en Nueva York. Para mí es muy importante disfrutar de momentos de paz y aquí me siento menos culpable haciéndolo que en la ciudad".
“Cuando llegué, los días me parecían inmensamente largos. Como si tuvieran el doble de horas. Pienso mucho más que antes en cómo podemos existir, pasar el tiempo y contribuir fuera del ámbito del trabajo”.
Buscar caminos conocidos
Mekdela conoce bien el río Yuba, que corre al noroeste de Grass Valley y tiene arroyos y riachuelos que pasan cerca de su casa. Le encanta cruzar las rocas de la ribera para e ir adentrándose hasta sumergirse en sus limpias aguas.
"Quiero venir más por aquí porque casi he olvidado el camino. Hay ciertos meandros que sigo intentando encontrar".
“Tengo que obligarme a hacer menos cosas. Creo que mi cuerpo tiene mucho que enseñarme".
Buscar caminos conocidos
Mekdela conoce bien el río Yuba, que corre al noroeste de Grass Valley y tiene arroyos y riachuelos que pasan cerca de su casa. Le encanta cruzar las rocas de la ribera para e ir adentrándose hasta sumergirse en sus limpias aguas.
"Quiero venir más por aquí porque casi he olvidado el camino. Hay ciertos meandros que sigo intentando encontrar".
“Tengo que obligarme a hacer menos cosas. Creo que mi cuerpo tiene mucho que enseñarme".
Recorrer Gheralta y Grass Valley
Hace unos años, Mekdela y su padre subieron las montañas Gheralta, una remota cordillera en el norte de Etiopía en cuyos acantilados de piedra arenisca hay iglesias centenarias esculpidas, un testimonio del carácter sagrado de ese lugar. A menudo recuerda cómo cruzó los estrechos salientes de esas montañas mientras recorre el terreno de Grass Valley, mucho menos peligroso, y reflexiona sobre la paz que ha encontrado en ambos lugares.
"Cuando hago actividades físicas, mi cuerpo toma el control y no es preciso pensar tanto en qué debo hacer. Tengo que obligarme a hacer menos cosas. MI cuerpo tiene mucho que enseñarme".
Cuidar la tierra, alimentar el alma
Mekdela pasó su último año en Brooklyn documentando y apoyando los esfuerzos de los huertos comunitarios en Bedford-Stuyvesant. "Aprendí mucho de aquella experiencia, pero volvía a casa y sentía que no podía continuar ese trabajo".
Desde que se mudó a la costa oeste, Mekdela ha puesto en marcha su propio huerto. Cultivar alimentos es una de las formas más rápidas que tiene de orientarse y conectar con la tierra.
“Me encanta cuando me rondan los halcones. Suelen acercarse dos, que vuelan en círculos por encima de mí cuando me echo en una hamaca. Esa forma de sentirte observada es única. Se siente esa libertad especial de no saber cómo te ven otras especies. Qué cosa más bonita. No tengo ni idea de lo que soy para ellos”.
Recordar el poder de los juegos
"Recuerdo trepar a un pino muy grande frente a la casa. Subí lo más alto que pude. Estaba tan arriba que pude distinguir al piloto de un avión que pasaba por allí. Aluciné pensando en lo alta que estaba".
"Recuerdo haber jugado mucho y sentirme muy libre, que es, creo, la vida que mi padre quería darnos aquí".
Descubrir la independencia y la identidad
“Tengo mucho tiempo para reflexionar sobre mí misma. Nunca me he sentido perdida. No he tenido esa sensación de estar fuera de mi cuerpo mientras he estado rodeada de naturaleza".
"En este espacio estoy encontrando más propósito que nunca fuera del trabajo. De verdad siento que estoy donde debo estar en este momento".
Dirección creativa: Ladin Awad
Texto: Ruth Gebreyesus
Fotografía: June Ferreira Canedo de Souza
Vídeo: Rodan Tekle