En colaboración con Rebel Girls
Leah Williamson
Leah desarrolló su fuerza mental la temporada en la que fue la única niña en un equipo de fútbol de niños. Descubre cómo algunos años más tarde se convirtió en la capitana de su equipo y lanzó uno de los penaltis más raros de la historia.
Leah Williamson. Defensa, Inglaterra. 29 de marzo de 1997.
Leah Williamson. Defensa, Inglaterra. 29 de marzo de 1997.
Cuando Leah Williamson era pequeña, uno de sus bienes más preciados era una foto firmada por la futbolista Kelly Smith. "¡Sueña a lo grande!", le había escrito Kelly. Leah tenía grandes sueños: ser jugadora a nivel profesional y llevar el brazalete de capitana, como Kelly.
En su primer equipo, Leah era la única niña. Su coleta rubia se movía de lado a lado mientras corría de un extremo a otro del terreno de juego. Pronto se convirtió en la delantera estrella del equipo. Sin embargo, jugar con niños no era fácil.
"Todas las semanas recibía insultos desde la banda", afirma Leah. Pero reconoce que esa temporada la hizo más fuerte.
"Me gusta bastante ver y escuchar. Intento utilizar los puntos fuertes de las demás personas para determinar qué puedo aportar".
Cuando tenía 18 años, Leah sacó todas sus fuerzas para meter un penalti que aseguraba la participación de Inglaterra en el campeonato europeo sub‑19. Leah y sus compañeras de equipo estaban eufóricas. Pero la celebración se detuvo cuando la árbitra anuló el gol. Se trató de un error y la solución propuesta fue que Leah tenía que volver a lanzar el penalti cinco días después del partido. La presión estaba servida.
La noche del lanzamiento, Leah salió al campo. Las jugadoras de los dos equipos se colocaron en línea detrás de ella. La portera se agachó con la esperanza de parar el penalti. La árbitra colocó el balón y Leah se puso en su sitio. Cogió carrerilla y golpeó el balón. La portera se lanzó a por él, pero el lanzamiento de Leah fue demasiado fuerte. El balón pasó rozando los dedos de la portera y tocó la red. ¡GOL! Leah lanzó un grito de victoria mientras sus compañeras de equipo se unían en un abrazo conjunto.
Algunos años más tarde, Leah marcó otro golazo en su carrera: se convirtió en capitana, como su ídolo Kelly Smith.