Motívate con un propósito
Coaching
Descubrir tu propósito te ayuda a superar las situaciones difíciles. Te contamos cómo hacerlo y a recuperar tu movimiento si lo has perdido.
Seamos realistas: por muy buenos que sean, tu trabajo y tus aficiones no definen quién eres ni por qué haces las cosas. Esto último sería tu "por qué" o propósito, y cuando aprendas a distinguirlo del "qué" y el "cómo", encontrarás un pozo de motivación sin fondo.
Contar con un propósito fuerte y bien definido también está vinculado a una mejor salud física y mental, así como a la longevidad. "Piensa en tu 'por qué' como en una especie de guía, tu Estrella Polar personal. Es lo que te impulsa a moverte en una dirección y a hacer lo que haces cada día, y no debería cambiar aunque tus circunstancias sí cambien", explica Nicole Detling, entrenadora de rendimiento mental y coautora de Don't Leave Your Mind Behind: The Mental Side of Performance. Inevitablemente, tus circunstancias cambiarán, en pequeños detalles o a lo grande. Cómo actúes en esos momentos reflejará cuál es tu sintonía con lo que te impulsa.
Imagina que pierdes tu empleo en la oficina. Si te has pasado miles de fines de semana horneando pastelitos para amigos y familiares, y eso te llenaba, puedes aprovechar la oportunidad para cambiar. En vez de buscar otro trabajo que implique reuniones interminables y toneladas de correos electrónicos, podrías acudir a clases de repostería y buscar un empleo relacionado con la panadería. O tal vez una tormenta eléctrica arruine tus planes de salir a correr. Como tu propósito es el vínculo que mantienes con tu padre, que corría contigo cuando eras pequeño o pequeña y te animaba en todas tus carreras, puedes utilizar este tiempo para compartir un entrenamiento de fuerza en el salón, junto a él.
"El propósito es el aliciente, el combustible y la motivación que hace que saltemos de la cama cada mañana", dice Jim Afremow, experto en psicología deportiva y autor de The Champion's Mind: How Great Athletes Think, Train, and Thrive. "Sin un propósito, una persona puede sentirse aislada, poco motivada y sin rumbo". Esto puede hacer que resulte muy difícil avanzar, tanto si buscas trabajo como si cumples con un programa de entrenamiento.
"El propósito es el aliciente, el combustible y la motivación que hace que saltemos de la cama cada mañana. Sin un propósito, una persona puede sentirse aislada, poco motivada y sin rumbo".
Jim Afremow, experto en psicología deportiva y autor de The Champion's Mind: How Great Athletes Think, Train, and Thrive.
Cómo encontrar tu verdadero propósito
Averiguar y consolidar tu propósito es todo un proceso, tal como explica Afremow. Comienza pensando en algo que quieras o que te guste hacer, como: "Me encanta este deporte y quiero averiguar hasta dónde puedo llegar" o "Me gusta sentirme en conexión con mi comunidad". Si estás en blanco, hazte preguntas como: "¿Qué puedo hacer para sentirme orgulloso de mí mismo hoy?" o "¿Qué errores quiero corregir?". Esto te ayudará a profundizar en las actividades o causas que te impulsan.
Una vez que encuentres tu propósito, "piensa en él cada día por la mañana, antes de que comiencen todos los problemas de la vida diaria", explica Afremow. "Visualiza mentalmente cómo alcanzas tu proyecto de vida o cumples ese propósito". Además, Detling recomienda guardar pequeños recordatorios en lugares a la vista, que te recuerden tu propósito y cómo te sentirás al cumplirlo. Puede ser en forma de tarjeta de felicitación de alguien o con una nota adhesiva. Verlos te animará a crear y mantener unos hábitos saludables que te mantendrán rumbo hacia tu Estrella Polar para toda la vida.
Qué hacer si pierdes tu propósito
- No te asustes.
Eres un ser humano, así que por muy sólido que sea tu propósito, llegarán días en que no hagas nada o te dominen la frustración y desmotivación. Debes saber que no todas las decisiones que se toman son unilateralmente buenas o malas; a veces, necesitas tomarte un respiro de la búsuqeda de empleo o echarte una siesta en vez de entrenar. "La clave es no sucumbir al derrotismo y ser consciente de esos sentimientos", explica Afremow.
- Aprende de los demás.
Si los sentimientos de desánimo te inundan demasiado a menudo, es posible que hayas perdido tu propósito. Para reconciliarte con él (o encontrar uno nuevo), busca inspiración. Pregunta a tus amigos de confianza, familiares, orientadores, entrenadores o compañeros de equipo sobre su propósito. Ve una película emotiva. Lee biografías de personas a quienes admiras. "Aprende de todo lo que estas personas hicieron cuando su propósito desapareció o se complicó", recomienda Afremow. "Verás que, con frecuencia, las motivaban diferentes cosas en diferentes momentos. Busca similitudes con el punto en que te encuentras en este momento y te servirán de estímulo para ponerte en marcha de nuevo".
- Haz un análisis introspectivo (de nuevo).
Tal como recomienda Detling, vuelve a plantearte esas preguntas difíciles a las que te enfrentaste la primera vez. Y añade algunas más: "¿Qué es lo que más me importa? ¿Por qué? ¿Cómo será en el futuro?". Anota tus pensamientos para no olvidarlos.
- Da un pequeño paso adelante.
Si realmente sientes que te has atascado, piensa en una pequeña acción (¡solo una!) que puedas hacer y que te permita seguir hacia adelante, como comprar un libro de cocina. "La mayor parte del tiempo, una acción sigue a otra. Y cuando haces algo que te libera de tus miedos, de repente ves que puedes tomar el control y confiar en ti", añade Detling. Después, se trata de reflexionar. ¿Las decisiones que tomas te acercan o alejan cada vez más de tu propósito? A partir de aquí, puedes corregir tus pequeños desvíos.
Y para dejar las cosas claras: vivir por un propósito no significa que la vida sea más fácil de repente. "Trabajar duro siempre es difícil, pero conocer tu propósito te ayudará a enfrentarte a ese tipo de problemas y verás las adversidades como un reto que superar", explica Afremow. "Será útil que consideres el 'fracaso' como una oportunidad de aprendizaje, y eso te hará mejor en lugar de detener tu progreso o doblegarte". Ahí está lo mejor de tener un propósito: incluso en los momentos más bajos, te ayuda a mejorar.