Puede darte la sensación de que los sujetadores deportivos se han diseñado adrede para que sean imposibles de quitar. Si alguna vez te has visto en un probador con los brazos liados entre el modelo que te estás probando, sabes bien a qué nos referimos. Por no hablar de cambiarte después de un entrenamiento intenso que te ha dejado a cero de energía muscular. ¿Por qué son así? ¿No hay alternativas?

Los sujetadores deportivos que se sacan por la cabeza son muy comunes porque tienen unos tirantes gruesos cruzados por la espalda que se conectan totalmente a la banda del contorno, algo que te da una sujeción total desde todos los ángulos. Sin embargo, ese tejido grueso que tan bien viene para el rendimiento puede hacer que quitártelo y ponértelo sea toda una batalla, especialmente cuando hay sudor de por medio. Si tienes una copa grande, además, tienes que hacer malabares para pasarlo por encima del pecho antes de sacar los brazos. Así que sí, ofrecen una gran sujeción, pero también son difíciles de usar.

Al final todo se reduce a las preferencias personales. Los broches en la espalda son una elección bastante popular porque son como los sujetadores no deportivos. Lo único a lo que debes prestar más atención es a que no

tengan menos sujeción por llevar ese cierre, a que los tirantes sigan siendo resistentes y a que la banda del contorno sea cómoda. La mayoría de la sujeción viene de ahí, después de todo.

Los modelos con cremallera frontal son lo último en comodidad y rapidez, especialmente si te cuesta abrochártelos por la espalda. A algunas personas tampoco les van bien los modelos con espalda cruzada por lo difícil que puede ser dar con el ajuste adecuado. No te rindas sin probarte unas cuantas tallas. La comodidad de los sujetadores deportivos va ligada con encontrar tu talla ideal.

Encuentras el sujetador deportivo perfecto y, sin embargo, después de una sesión de entrenamiento te das cuenta de que el ajuste no se adapta a ti al cien por cien y no resulta demasiado cómodo. Esta situación nos ha pasado a todas, pero se puede evitar. Hay una forma de encontrar el sujetador deportivo con la sujeción y el ajuste perfectos para ti.

Ahora ya sabes lo básico sobre cómo encontrar el ajuste ideal, pero hay diversos factores a tener en cuenta y, a veces, algunos modelos no nos resultan adecuados, ya que cada cuerpo y cada talla son diferentes. Por eso es recomendable que pruebes varios modelos de sujetadores deportivos para ver cuál es el que mejor se adapta a tu cuerpo.

Si notas que se queda un poco de piel de la zona de la axila o de la espalda por encima del sujetador, quizás sea porque la talla es pequeña. Aunque también podría ser buena idea cambiar de modelo. Prueba los sujetadores deportivos Swoosh, ya que son modelos muy completos y resultan ideales para todo tipo de pecho.

Intenta probar también otros mecanismos. Los sujetadores con cierre en la parte posterior o con cremallera frontal son ideales si te cuesta quitarte y ponerte los sujetadores por encima de la cabeza. Es posible que prefieras otros tipos de tejidos en función de tu forma. Los modelos de sujeción alta tienen una confección más elástica para ofrecer un ajuste un poco más ceñido, mientras que los sujetadores de sujeción ligera están pensados para ofrecer más libertad de movimiento.

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