Usa tu voz interior para motivarte sin caer en la ingenuidad

Coaching

Las afirmaciones puente son flexibles, realistas y, según los expertos, eficaces para alcanzar objetivos. Prueba una hoy.

Última actualización: 30 de junio de 2022
6 min de lectura
  • Reforzarte positivamente en exceso puede ser contraproducente y acabar mermando tu confianza y tu motivación.
  • Las afirmaciones puente suavizan la contradicción entre lo que estás pensando y lo que estás experimentando físicamente para ayudarte a controlar mejor tus expectativas.
  • ¿Te está costando encontrar un equilibrio en tu discurso interno? Las guías de running por audio de la NRC App te ofrecen consejos útiles.

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El mejor diálogo interno para mejorar tu rendimiento

A propósito o no, seguramente has mantenido alguna que otra conversación interna durante los entrenamientos. Tal vez positiva, con frases motivadoras como "¡Puedes hacerlo!" o "¡No te rindas!". O bien negativa: "Qué duro", "Esto se me da fatal", etc.

Como puedes suponer, mantener conversaciones internas positivas ayuda a disfrutar de un mejor entrenamiento. No solo te ofrecen una imagen propia más saludable, sino que también mejoran el rendimiento, según un metaanálisis publicado en la revista Perspectives on Psychological Science. Además, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Sports Medicine, motivarte con frases alentadoras (sobre todo si las combinas con la visualización y el establecimiento de objetivos) puede ayudarte a aumentar la resistencia atlética. Y también puede hacer que te cueste mucho menos entrenar, como sugiere por otra parte la investigación publicada en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise. En particular, el uso de un lenguaje compasivo puede traducirse en más energía y una menor frecuencia cardíaca, según la investigación de la revista Clinical Psychological Science.

Dicho esto, hay una delgada línea entre mantener una conversación positiva contigo tu yo interior y una excesivamente positiva. Esta última podría volverse en tu contra, ya que es menos realista. "Rechazar las afirmaciones positivas es peor que no tenerlas", afirma el psicólogo deportivo Jonathan Fader, autor de Life as Sport: What Top Athletes Can Teach You About How to Win in Life. "Cuando te haces promesas que no puedes cumplir, tu eficacia disminuye y no te sentirás tan capaz".

Imagina que te animas con un "¡Tú puedes!" para hacer la primera dominada con barbilla arriba o batir tu récord levantando 10 kilos más, pero no logras alcanzar el objetivo. Es más probable que te quedes con lo que no lograste que con lo que sí has hecho (quizá te has levantado hasta la mitad o has mejorado tu récord en 2 kilos). Tal como explica Fader, esto podría reducir potencialmente tu confianza futura y, con ello, disuadirte de volver a intentarlo.

Además, un lenguaje demasiado entusiasta puede frustrarte aún más si es fingido. "Cuando no crees en tus palabras, es probable que reacciones con emociones negativas", explica Gloria Petruzzelli, psicóloga clínica y deportiva en el Departamento de Deportes de la Universidad Estatal de Sacramento. Finalmente, podrías acabar tirando la toalla.

Por qué es mejor un discurso flexible

Algunos psicólogos recomiendan las llamadas afirmaciones puente. Tal como explica Petruzzelli, estas afirmaciones suavizan la contradicción entre lo que estás pensando y lo que estás experimentando físicamente, y crean un "puente" entre los dos sentimientos opuestos.

Además, se basan en experiencias pasadas para que tu discurso positivo se convierta en realidad. Por ejemplo, en lugar de decirte "Esta carrera no es nada para mí, los últimos 10 km los hice volando" antes de tu primera media maratón, puede que sea mejor que pienses algo como "Esta será la carrera más larga que he hecho. Será duro, pero estoy a la altura del reto". La primera afirmación podría ser verdad, pero la segunda es más realista.

Las afirmaciones puente suelen funcionar porque se basan en un optimismo objetivo y no se trata de un oxímoron, tal como explica Fader. "El discurso optimista solo es útil si se basa en hechos", explica. Sin ninguna verdad, es difícil convencerse de algo. Las afirmaciones puente también son neutrales, lo que te ayuda a abrirte más y tener una mentalidad más flexible antes, durante y después de un entrenamiento o evento. "En vez de dejar que tus emociones dicten tu comportamiento, las afirmaciones puente redirigen tu atención a lo que puedes controlar y lo que es posible en cada momento", añade Petruzzelli.

Cómo utilizar las afirmaciones puente

  • Pon los pies en la tierra.
    Si te estás preparando mentalmente para un entrenamiento o una competición, sustituye las afirmaciones débiles por otras basadas en hechos, como recomienda Fader. Piensa: "Ya he hecho este entrenamiento antes" o "He corrido rápido a pesar de sentir cansancio en otras ocasiones". "Estas afirmaciones no suponen que vayas a tener los mismos resultados, pero sí los consideran posibles", señala Fader. Además, añade que también facilitan la preparación de un plan cuando las cosas se ponen difíciles. "Puedes decirte algo como 'A medio camino me tentará rendirme, así que me centraré en la respiración y la postura, y me esforzaré al máximo'".

  • Instrucciones en tiempo real.
    Cuando alcanzas un punto difícil en el entrenamiento, Fader recomienda instrucciones en tiempo real, como "Una repetición o kilómetro más", que te anclan al presente. En cambio, la típica frase cliché "¡Puedes hacerlo!" no coincidirá con cómo te sientes. Si estás haciendo senderismo, miras a la cumbre y piensas "Esto me va a llevar todo el día", la caminata te resultará interminable, explica Petruzzelli. En cambio, si piensas "Puedo caminar durante 30 minutos y ver hasta dónde llego", verás que es mucho más razonable (y es más probable que puedas caminar durante otra media hora, y tal vez otra más). Eso es progresar.

  • Redefine tus indicadores de éxito.
    Entrenar no se limita a alcanzar un tiempo objetivo o levantar cierto peso. "Centrarse en los resultados es una mentalidad del todo o nada. Solo te concede un 50 % de posibilidades de éxito", explica Petruzzelli. Después de entrenar, pregúntate: ¿Me he centrado? ¿Lo he dado todo sin descansar? ¿Cuánto me he esforzado según mis circunstancias, que cambian cada día? Pensar en los pequeños logros de tu sesión en vez de obsesionarte con el resultado final hará que sientas que has cumplido tus metas y te preparará para abordar la siguiente sesión. Además, habrás mejorado tu discurso con un toque de realidad, lo que te ayudará tanto en los entrenamientos como en cualquier otro aspecto de tu vida.

Hablar con tu yo interior (aunque solo sea en tu cabeza) puede resultarte un poco... raro. Independientemente de las afirmaciones que decidas utilizar, "prueba a hacerlo durante una semana aproximadamente para ver cómo te sientes", recomienda Fader.·"Normalmente, apenas dejamos tiempo para que nuestro discurso surta efecto".

Texto: Ashley Mateo
Ilustración: John Holcroft

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Publicación original: 28 de marzo de 2022