Evita la fascitis plantar
Coaching
La fascitis plantar puede arruinar tu rutina de running durante meses. Descubre cómo tratarla.
Si eres runner, seguramente habrás oído hablar de la fascitis plantar, una molestia en el pie de extraña pronunciación. Con suerte no sabes lo que es: un dolor punzante que va del talón a los dedos. Si la has sufrido, lo sentimos, aunque al menos podemos ayudarte a comprender por qué te ocurrió y explicarte cómo evitar, con suerte, que la padezcas de nuevo.
Causas de la fascitis plantar
Miniclase de biología: la fascia plantar es un ligamento fuerte en el centro del pie que soporta el arco. Sufre miles de estiramientos diarios cuando corres y caminas, y es muy resistente, dentro de unos límites, afirma Ian Klein, especialista en Fisiología del Ejercicio, entrenamiento funcional y prevención de lesiones de la Universidad de Ohio. Ojo: dentro de unos límites. Un esfuerzo excesivo (entrenar demasiado, aumentar la distancia de repente o no tener días de recuperación) puede estirar demasiado el tejido, según Kate VanDamme, fisioterapeuta y traumatóloga clínica en el centro Langone Health Sports Performance Center de la Universidad de Nueva York. Si se supera el límite, puede inflamarse y rasgarse, sostiene Klein.
No es un simple problema de principiantes. Klein explica que la fascitis plantar puede afectar a runners con experiencia que se han esforzado demasiado. Las molestias biomecánicas, como el acortamiento de los músculos de la pantorrilla (por no estirar) o una opresión en el dedo gordo del pie (por apoyarlo fuerte al correr) que comprima la fascia plantar, pueden contribuir al problema, añade VanDamme. Si tienes pies planos o los puentes altos y estás de pie todo el día en el trabajo o llevas tacones a menudo, el riesgo aumenta, afirma la fisioterapeuta.
"Un esfuerzo excesivo (entrenar demasiado, aumentar la distancia de repente o no tener días de recuperación) puede estirar demasiado el tejido".
Kate VanDamme
Fisioterapeuta
Cómo afrontar la fascitis
Lo primero y más importante es tratar la inflamación en cuanto notemos el dolor. "Esa es la fase de alarma", dice Klein. Hacer caso omiso de las señales puede conllevar la inactividad durante semanas o meses. Qué hacer:
- Klein recomienda que te tomes un par de días libres como tratamiento y aproveches para descansar el pie y aplicarle hielo. Si con esto puedes andar, mantenerte de pie o realizar actividades cotidianas sin que aumente la inflamación ni el dolor, entonces puedes hacer sesiones de running suaves.
- Si el dolor empeora durante esas 48 horas o persiste, intenta no apoyar el pie dolorido. "Hazlo hasta que el dolor y la inflamación remitan al mínimo o desaparezcan", sugiere Klein. Para aligerar la carga en el pie (y volver a las andadas), haz algún tipo de entrenamiento funcional sin peso, como natación o bicicleta estática.
- Una vez que la fase de alarma haya pasado (¡enhorabuena!), comienza a hacer ejercicios que fortalezcan el pie y el tobillo y que aumenten la movilidad y la flexibilidad, como elevación de la punta del pie, flexión plantar y estiramiento con una toalla (confía en Google para esto y busca solo vídeos de profesionales). "También recomendamos estirar los músculos de la pantorrilla, el gastrocnemio y el sóleo", sostiene VanDamme. Para estirar el gastrocnemio, pon las manos en una pared, echa un pie hacia atrás y flexiona la rodilla de la pierna adelantada. Estarás en una especie de zancada con la pierna de atrás recta. Para estirar el sóleo, mantén flexionada la rodilla de la pierna delantera y flexiona ligeramente la de atrás.
- Si quieres ir al siguiente nivel, VanDamme explica que un fisioterapeuta puede tratar con terapia manual el tobillo y el mediopié para movilizar las articulaciones y mejorar la flexibilidad. También puedes practicar esta relajación del tejido blando en casa rodando con la planta del pie una pelota de lacrosse o una botella de agua congelada.
- En casos extremos (tu fisioterapeuta o médico deportivo te dirá si el tuyo lo es), una férula nocturna (no es broma) puede ser efectiva. "Cuando duermes, el pie se curva, por lo que los tejidos se acortan de forma natural", dice Klein. Por eso, la fascitis plantar tiende a ser más dolorosa al levantarse por la mañana. "La férula mantiene el pie en una posición estirada para que, cuando te despiertes, el tejido no esté acortado y puedas apoyar peso", explica.
¿Qué es lo único que quieres evitar, aparte de correr con los pies inflamados? Estirar tus pies por tu cuenta. "Una vez que la fascia plantar se inflama, el tejido se acorta para protegerse y sanar", sostiene Klein. "Hasta un estiramiento normal puede ocasionar más daño".
Cuánto tiempo tarda en curarse
El tratamiento de la fascitis plantar es diferente en cada persona; pero, lógicamente, cuanto antes se tomen medidas, mejor, según Klein. "He visto a gente mejorar en un mes si las soluciones se aplican desde el día en que empieza a doler. Por el contrario, si no se hace nada, pueden ser necesarios de tres a cuatro meses de recuperación para volver a estar en plena forma". Dicho esto, los estudios señalan que normalmente se requieren seis meses para solucionarlo.
¡Espera! Eso no quiere decir que tengas que enviar tus zapatillas al fondo del armario mientras te recuperas. Puedes seguir corriendo si bajas la intensidad del entrenamiento y haces los ejercicios de fuerza y de estiramiento de gemelos que mencionamos anteriormente, afirma VanDamme. Si el dolor persiste, acude al traumatólogo. "Si sigues el tratamiento adecuado y no mejora, conviene asegurarse de que no sea algo más grave, como una fractura por sobrecarga o dolor irradiado de otra zona", explica.
Por qué las zapatillas pueden ayudar
Para paliar el dolor plantar y prevenir una futura fascitis completa, ten en cuenta las zapatillas que usas, dice VanDamme. Como la fascia plantar soporta el arco del pie y absorbe el impacto al caminar o al correr, unas zapatillas que aporten estabilidad con una mediasuela firme en la zona del arco del pie y una espuma más suave y ligera en el exterior pueden maximizar la absorción de impactos y contrarrestar la sobrepronación, que puede favorecer la fascitis plantar. Consigue unas zapatillas que aporten más estabilidad y comodidad en el talón. Quizás pesen más, pero valen la pena si ayudan a combatir la fascitis.
Qué función cumple tu postura
Puede que no lo sepas, pero muchos runners aficionados dan zancadas demasiado largas para su cuerpo; esto se llama sobrezancada, afirma Derek Samuel, fisioterapeuta titulado y miembro del Nike Performance Council. Se puede ver si un amigo te graba corriendo desde un lado: si el pie adelantado está muy por delante de ti, estás dando una sobrezancada y el talón está haciendo de freno. La sobrezancada no solo puede acarrear problemas en la planta del pie, sino que también puede frenarte, ya que la parte inferior de las piernas absorberá más resistencia del suelo, afirma Samuel.
"Mira a los atletas de élite. Apoyan el talón justo bajo el centro de masa con la pierna perpendicular al suelo", afirma. Esto permite que los profesionales, y cualquier runner, se muevan de forma rápida y eficiente. Para eso, Samuel recomienda a sus pacientes que intenten dar más pasos por minuto y que se imaginen que caen hacia adelante de forma controlada.
Puede que los pies no sean la parte más bonita del cuerpo o la que tienes más ganas de mimar y proteger, pero de algún modo, todas las sesiones de running comienzan y acaban en ellos. Cuídalos y, seguramente, nunca tengas que volver a pronunciar ese palabro con "f".
Texto: Ashley Mateo
Ilustración: Gracia Lam
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