Estrés y fertilidad
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Intentar quedarte embarazada puede agobiar un poco si tarda en ocurrir. A continuación te contamos cómo cuidarte durante este proceso.
- Los estudios demuestran que el estrés puede tener un impacto en la fertilidad, lo que se puede convertir en un círculo vicioso estresante por no quedarte embarazada.
- Recurrir a las prácticas de autocuidado que te funcionan de verdad puede ayudarte a controlar esa ansiedad.
- Llamar a amistades que te hagan sentir bien o hablar con alguien que haya pasado por esa experiencia o que empatice con tu situación puede marcar la diferencia.
Sigue leyendo para saber más.
* Hemos escrito este artículo únicamente para informarte e inspirarte. La información que incluimos no constituye asesoramiento médico ni tampoco puede usarse para realizar un diagnóstico o tratamiento. Consulta siempre con tu médico qué debes hacer para cuidar de tu salud antes, durante y después del embarazo.
Si has pasado la mayor parte de tu vida intentando no quedarte embarazada, te puede afectar que no ocurra cuando sí te sientes preparada. Este shock se puede convertir en estrés y ansiedad cuando pasan los meses y ves que no lo consigues. Además, no dejan de repetirte que el estrés es malo para la fertilidad, pero ¿cómo puedes gestionar esta situación tan estresante sin estrés?
Lucy Hutner, psiquiatra de Nueva York (EE. UU.) y editora jefe de Textbook of Women's Reproductive Mental Health, señala que desear algo inalcanzable conlleva un gran estrés. Además, no tener el control sobre las consecuencias de una situación de la que nos sentimos responsables es una garantía total de estrés. Por eso mismo, toma nota: es totalmente normal sentir estrés, pero eso no implica que no haya maneras de sobrellevarlo. En este artículo, varias expertas nos cuentan la importancia real de un factor como el estrés en la fertilidad y nos proponen algunas técnicas para reducirlo.
Sé consciente de cómo afecta el estrés a la fertilidad.
Decirle a alguien que se relaje porque todo saldrá bien es algo completamente inútil en cualquier situación, pero sí que es importante entender cómo afecta el estrés a la fertilidad. En una evaluación de 2018 de la revista Dialogues in Clinical Neuroscience, se demostró que reducir el estrés puede mejorar las probabilidades de éxito. Alice Domar, coautora del estudio, jefa del departamento de asistencia especializada en Inception Fertility y profesora asociada de obstetricia, ginecología y ciencia reproductiva en la Facultad de Medicina de Harvard en Boston (EE. UU.) comenta que los estudios han demostrado que los tratamientos psicológicos tienen un impacto muy significativo en los índices de fertilidad. Tras décadas de estudio, Domar ha descubierto que, cuando las mujeres con problemas de fertilidad participan en terapias conductuales cognitivas y tratamientos para el cuerpo y la mente, como la meditación, tienen 2 o 3 veces más probabilidades de quedarse embarazadas que las mujeres que no practican estas técnicas.
Replantéate cómo te hablas a ti misma.
Domar explica que la reestructuración cognitiva, un método para reducir el estrés, es lo que suele ser más efectivo en pacientes con problemas de fertilidad. Domar sugiere que cambiar el diálogo interno si tienes pensamientos negativos todo el rato o sentimiento de culpa. Por ejemplo, si dices que nunca vas a tener un bebé, ¿para qué te estás sometiendo a fecundación in vitro y gastándote tanto dinero? Obviamente, tienes esperanza, por lo que, en vez de pensar que nunca tendrás un bebé, piensa en que estás haciendo todo lo que puedes para conseguirlo. También puedes centrar más tus emociones en la gratitud y pensar en lo positivo que es estar lista para ser mamá cuando y como ocurra.
Descubre qué te relaja.
¿No soportas los baños de espuma? No te preocupes. La doctora Natalie Crawford, ginecóloga especializada en fertilidad y cofundadora de Fora Fertility en Austin (Texas, EE. UU.), señala que los rituales de autocuidado no son iguales para todo el mundo. Lo importante es dedicar tiempo a estas prácticas. Por ejemplo, según algunos estudios sobre fertilidad, la acupuntura puede ayudar a reducir el estrés, de ahí sus beneficios. Sin embargo, tiene el mismo efecto que lo que se denomina "acupuntura falsa": la experiencia es básicamente la misma, pero las agujas se ponen de forma aleatoria. Los 2 estilos son mejor que no hacer nada. En resumen: puede que lo mejor sea que cambies tu rutina diaria y te centres en lo que más te ayude, ya sea llevar un diario, hacer ejercicio, leer o alguna otra afición. Decidas lo que decidas, Crawford recomienda dedicarle al menos 30 minutos al día.
Habla con amigos que entiendan y validen tu experiencia.
Cuando tu cuñada anuncia su tercer embarazo antes de que tú hayas conseguido concebir tu primer hijo, necesitas a alguien que entienda por qué una noticia tan maravillosa puede hacerte llorar y que no te diga que no le des importancia. La doctora Lucy Hutner, psiquiatra y editora principal de Textbook of Women's Reproductive Mental Health en Nueva York nos cuenta que, quizá, para esta situación, tus mejores amigos o tus familiares más cercanos no son los más indicados para ayudarte. Busca hablar con personas que puedan darte una validación libre de juicios. Crawford añade que si no encuentras el apoyo que necesitas en tu círculo ni a través de comunidades online afines, ir a terapia puede ser una buena opción.
Conecta más con tu cuerpo.
Entre hacer pipí en pruebas de embarazo, tomarte la temperatura y pensar minuciosamente en cada señal y síntoma, Hutner afirma que, cuando estás intentando quedarte embarazada, es imposible evitar una interacción constante con tu cuerpo. Puede ser doloroso y desconcertante que tu cuerpo no haga lo que quieres. La experta siempre anima a sus pacientes a hacer todo lo que puedan para seguir conectando con su cuerpo de manera positiva. Para ello, puedes seguir tu rutina de entrenamiento habitual, probar una nueva actividad física, darte un masaje si tu presupuesto te lo permite o meditar para descubrir tu cuerpo.
La clave es encontrar formas de rendir homenaje y apoyar a tu cuerpo en todo lo que necesite en cada momento. A fin de cuentas, es posible que en algún momento tengas que compartirlo.
Texto: Jihan Myers
Fotografía: Vivian Kim
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