Las ventajas (y los inconvenientes) de usar la sauna después de hacer ejercicio, según los expertos

Deportes y actividades

Pasar tiempo en una sauna después de hacer ejercicio puede mejorar tu recuperación, fortalecer tu corazón y ayudarte a relajarte.

Última actualización: 26 de julio de 2022
7 min de lectura
¿La sauna después del entrenamiento aporta algún beneficio?

Las saunas son un elemento básico en los centros de bienestar de alto nivel y en los gimnasios, ya que las investigaciones y los expertos destacan los beneficios usar la sauna después de entrenar. Si nunca has usado la sauna de tu centro, puede que ahora sea el momento.

Pero antes de profundizar en las ventajas (y sí, en los posibles inconvenientes) del uso de la sauna como método de recuperación, vamos a ver primero los tipos de sauna que puedes encontrar.

Saunas comunes

  • Sauna seca: En esta sauna, el calor se consigue quemando madera o mediante un calentador eléctrico. La sauna finlandesa tradicional, en la que se quema madera para calentar las rocas y la sala de la sauna, es una de las más conocidas dentro de esta categoría. Según un estudio de 2015 en SpringerPlus, las saunas finlandesas típicas suelen tener aire seco y temperaturas altas, y hay quienes echan agua en las rocas calientes para crear vapor.
  • Sauna de vapor: Como su nombre indica, las saunas de vapor (también conocidas como salas de vapor) funcionan con el vapor del agua que se obtiene al hervir agua. Esto crea un ambiente húmedo.
  • Sauna de infrarrojos: Este tipo de sauna utiliza luz infrarroja para calentar. Según los autores del estudio en SpringerPlus, el calor infrarrojo penetra más profundamente en la piel y en el sistema neuromuscular que el aire caliente, así que las personas sudan más con temperaturas más bajas que en la sauna finlandesa tradicional.

Tres ventajas de usar la sauna después de entrenar

  1. 1.Favorece la recuperación muscular

    Quizás una de las mayores ventajas de utilizar una sauna después de una sesión de entrenamiento sean los efectos que pueden tener en la recuperación muscular. Por ejemplo, en el estudio mencionado anteriormente, se descubrió que las sesiones de 30 minutos en una sauna de infrarrojos reducen el dolor muscular después del entrenamiento y favorecen la recuperación. En concreto, los hombres obtuvieron mejores resultados en una prueba de salto con contramovimiento (un ejercicio que mide la potencia del tren inferior) cuando usaron una sauna de infrarrojos después de su entrenamiento de resistencia de 40 minutos que cuando se quedaron en una sala normal (sin sauna). Esto sugiere que las saunas de infrarrojos ayudan a los músculos y a los nervios a recuperarse más rápido después de hacer ejercicio.

    John Gallucci indica que la principal razón por la que a la mayoría de atletas les gusta la sauna es porque mejora los tiempos de recuperación. Gallucci es entrenador certificado, doctor en Fisioterapia, director ejecutivo de JAG-ONE Physical Therapy y coordinador del equipo de médicos de la Major League Soccer. El calor de la sauna mejora la circulación de la sangre (rica en oxígeno y nutrientes) por el cuerpo. Esto, a su vez, ayuda a los músculos dañados por el ejercicio a recuperarse para que puedas volver a la carga más rápido.

  2. 2.Puede mejorar la salud cardíaca

    Gallucci explica que siempre que se aumente la circulación de la sangre, se verán mejoras en las funciones cardiovasculares.

    De hecho, un estudio de 2019 en Complementary Therapies in Medicine demostró que los cambios que ocurren en el corazón cuando entras en una sauna son similares a los que obtienes en un entrenamiento cardiovascular corto y de intensidad moderada.

    Shawn M. Houck, doctor en fisioterapia, especialista clínico certificado en fisioterapia deportiva y director de la clínica Physical Therapy Central, observó un aumento de la frecuencia cardíaca y de la temperatura corporal, así como una mejor presión sanguínea y redistribución de la sangre por los tejidos del cuerpo.

    Todos esos efectos pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y tensión arterial alta (hipertensión). Los resultados de un estudio de 2015 publicado en JAMA Internal Medicine en el que participaron 2.300 hombres finlandeses revelan que el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular era un 27 % menor entre los que afirmaron utilizar una sauna dos o tres veces por semana que entre los que dijeron que la usaban una sola vez.

    Sin embargo, siempre es mejor consultar con tu médico si es adecuado para ti usar una sauna para descartar posibles complicaciones cardíacas.

  3. 3.Te ayuda a relajarte

    Bueno, no literalmente, pero ayuda. Entrar en la sauna después de entrenar te da la oportunidad de relajarte antes de seguir con tu día. Es ideal para hacer una pausa en medio de una jornada ajetreada y pasar unos minutos en un espacio tranquilo y silencioso.

    Sentarse en una sauna es una oportunidad perfecta para practicar técnicas de gestión del estrés, como la respiración profunda y la meditación, tal y como comenta Houck.

    Si el mindfulness o la respiración profunda no son lo tuyo, puedes probar a usar tu tiempo en la sauna para hacer estiramientos suaves o simplemente disfrutar de un momento de tranquilidad.

Tres inconvenientes de usar una sauna después de hacer ejercicio

  1. 1.Aumenta la deshidratación

    Cuando haces ejercicio, pierdes mucho líquido, aunque no estés sudando. Si no te preocupas por reponer esos líquidos y electrolitos a medida que haces ejercicio, entrar después a la sauna te puede traer problemas.

    Podrías marearte, desmayarte o sufrir calambres musculares fuertes. En el peor de los casos, podrías sufrir un golpe de calor, una reacción potencialmente mortal causada por el sobrecalentamiento del cuerpo. Si no se atiende inmediatamente, un golpe de calor puede dañar tus músculos y órganos e incluso producir la muerte, según la Mayo Clinic.

    Gallucci explica que, por seguridad, es muy importante que los atletas se hidraten bien antes de entrar a la sauna.

  2. 2.Puede sobrecargar el corazón, sobre todo en el caso de las personas con enfermedades preexistentes

    Aunque generalmente una sesión de sauna es saludable para el corazón, no es una buena idea si este ya trabaja con cierta dificultad. Según Harvard Health, debe evitarse sobre todo si tienes una enfermedad cardíaca de alto riesgo, dolor de pecho (angina) o hipertensión.

    ¿Por qué? El calor hace que el cuerpo se enfríe y desplace la sangre de los órganos principales a la parte subcutánea. Según la American Heart Association, esto hace que el corazón bombee más sangre, lo cual somete al órgano vital a más estrés.

    Para muchas personas, este sobresfuerzo es bueno, como cuando haces ejercicio. Pero para los corazones con patologías previas, ese estrés provocado por el calor puede ser peligroso.

    Sin embargo, cabe destacar que las saunas generalmente son seguras para las personas que padecen una enfermedad cardíaca estable o incluso una insuficiencia cardíaca leve, según Harvard Health. No obstante, por seguridad, estas personas deberían someterse a una revisión médica antes de utilizar una sauna.

  3. 3.Reduce el esperma (temporalmente)

    Un estudio en 2013 publicado en Human Reproduction revela que las altas temperaturas en las saunas pueden conllevar una reducción de esperma en hombres con niveles normales. Después de dos sesiones por semana de 15 minutos de sauna durante tres meses, los participantes constataron una menor cantidad de esperma. Tras dejar de utilizar la sauna, sus niveles de esperma volvieron a la normalidad.

    Los testículos son muy sensibles al calor, y los periodos prolongados a altas temperaturas pueden reducir la función y la movilidad de los espermatozoides, tal y como explica DJ Mazzoni, especialista en entrenamiento de fuerza y acondicionamiento, con un máster en ciencias e investigador en Illuminate Labs. Asimismo, afirma que los hombres que intentan tener hijos deberían evitar las saunas, aunque las ventajas parecen superar los riesgos en la mayoría de los hombres.

Tres consejos para usar una sauna después del entrenamiento

  • Primero, hidrátate. Bebe al menos 0,25 l de agua después del ejercicio, como recomienda la American Academy of Family Physicians. Hazlo antes de entrar en la sauna. Da algún sorbo mientras estás dentro y vuelve a hacerlo cuando salgas. Intenta acostumbrarte a beber de 0,15 a 0,3 l de agua cada 10 o 20 minutos durante tus entrenamientos.

  • Controla el tiempo. Lo mejor es quedarse dentro de la sauna durante al menos 10 minutos si quieres que mejore la circulación de la sangre. Gallucci explica que es necesario que el cuerpo se caliente para provocar esa respuesta circulatoria.

    Sin embargo afirma que, por razones de seguridad, no se recomienda usar una sauna durante más de 20 minutos, así que debes asegurarte de salir antes. Si nunca has usado una sauna, puede que te lleve unos cuantos intentos alcanzar esos 10 minutos. No te obligues a estar más tiempo del que puedas. Salte y siéntate si comienzas a sentir un calor incómodo o mareos.

Consúltalo con un médico. Si tienes hipertensión, alguna enfermedad cardiovascular u otros problemas del corazón, no uses una sauna a menos que lo hayas consultado con tu médico.

¿La sauna después del entrenamiento aporta algún beneficio?

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Publicación original: 26 de mayo de 2022